Aproximadamente quince días pasaron para que el calvario de una familia con domicilio en el poniente del puerto concluyera, luego también de tres demandas en las que se exponían los ataques que se sufrieron en manos de un vecino incomodo que en varias ocasiones intentó a ultrajar con arma blanca a los afectados.
El arresto se suscitó al mediodía de este domingo cuando acudió una patrulla de la dirección de seguridad pública y tránsito municipal a un hogar situado en la calle 31 por 106 y 108 de la colonia “Canul Reyes”, descendiendo tres agentes ante la mirada de expectación del conjunto vecinal.
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El hombre identificado como A.N.P.H., trascendió que se negaba a salir de su hogar a pesar de que los oficiales contaban con una orden de arresto, sin embargo en medio del intercambio de palabras este salió y fue llevado rumbo a la unidad mencionada.
Posteriormente, la familia quejosa conformada por una pareja de treintañeros y dos menores de edad, dieron a conocer que a pesar de tener ahí más de tres años viviendo, hace apenas dos semanas, con el inquilino que se encuentra a lado de su hogar empezaron a tener problemas, ya que este solía amenazarlos con armas blancas.
“Tuvimos que poner tres demandas en la fiscalía. Justamente en la tercera por fin se tornó el caso ante un juez que otorgó la orden para buscar el arresto y la restricción con esta persona, pues tenemos mucho miedo por nuestra integridad física, sobre todo la de nuestros pequeños que no tienen culpa de nada” indicó el padre de familia.
A su comentario, agrega el entrevistado que incluso esta semana perdió dos días de labores en la zona de descarga del muelle fiscal, ya que cuando su esposa e hijos salían a la vía pública corrían el riesgo de ser agredidos por este sujeto, quien también acumula otras demandas por vía de otros habitantes aledaños.
La “gota que derramó el vaso” fue durante la noche del sábado cuando el vecino incomodo tomó una piedra de tamaño considerable para destruir una parte de la ventana que se encuentra en la puerta de la vivienda de la familia que demandó. Por fortuna, nadie salió agredido.
“Esto era una situación insostenible. Prácticamente era el juego del “gato y el ratón”, él esperaba que saliéramos de casa para amenazarnos y nosotros decidimos defendernos por la vía legal para evitar alguna confrontación donde alguien salga lastimado” informó el poblador de este sector de la ciudad.