En la parte Nororiental del Estado se encuentra el municipio de Dzidzantún, que puede presumir de contar con el parque más grande de Yucatán, con 11 mil 375 metros, es decir, poco más de una hectárea.
Veteranos vecinos recordaron cómo surgió y las modificaciones que ha tenido este emplemático punto de recreo y orgullo de los habitantes de Dzidzantún.
Los septuagenarios Basilio Quijano, Félix Bote y Felipe Chan recordaron algunas vivencias e historias, que sus antepasados les platicaron de la Plaza Principal.
Recordaron que era un terreno ejidal, donde traían ganados y caballos de las parcelas para beber agua y alimentarse. En ese entonces la localidad era poco poblada y con algunas construcciones.
Fue en el periodo del alcalde Elías Lizana, que abarcó de 1953 a 1955, cuando se comenzó con el embutido del terreno que fue donado por los ejidatarios para que fuera la plaza del pueblo.
“Este es el parque más grande del Estado, nosotros sabemos que ejidatarios donaron el terreno para que se haga. Tiene más de una hectárea”, expresó Basilio Quijano.
Antes de que comenzara la construcción de la plaza, era un terreno donde abundaban plantas como tuna, y arbustos, pero cuando comenzaron las obras todo eso se removió.
Las primeras sillas, mencionaron los residentes, eran las dobles, también conocidas como confidentes o enamorados, y que por muchos años estuvieron colocadas. En su arbolaria predominaban los laureles y álamos que daban abundante sombra y fresco.
Otras versiones de los pobladores es que el lugar era utilizado como campo para los juegos de beisbol, pero por su gran dimensión, era imposible que los jugadores pudieran conectar jonrón.
Con el paso de los años y las administraciones que entraban a gobernar el municipio, poco a poco se comenzaron a realizar modificaciones para ir dándole una mejor imagen a la plaza, eso sí respetando que se mantenga como la más grande en todo el Estado. Se remplazó el piso, plantaron árboles e incluso se modificaron las bancas tradicionales.
“Nosotros hemos visto las remodelaciones que han hecho, quitado y puesto. Poco a poco el parque fue tomando una mejor imagen y lo hace más bonito su tamaño”, expresó orgulloso un vecino de la tercera edad.
En 1989 se colocó a un costado de la plaza el Monumento del Trovador al dzidzantunense Pepe Domínguez y en 1999 el de Benito Juárez García. Posteriormente en 2004, la plaza llevó una modificación con la construcción del Quiosco que está en medio.
“Muchas cosas se le fueron sumando al parque, hasta quedar lo que es hoy y se mantienen intactas y atractivas para la gente que viene de visita”, expresó otro vecino.
La plaza cuenta con aproximadamente 50 bancas, está rodeada de árboles de flamboyanes, un mercado municipal, un parque infantil, una cancha de basquetbol y un espacio donde se construye el coso taurino artesanal para las fiestas de agosto y enero.
Los entrevistados comentaron que hace un año el parque registró una modernización. Las bancas fueron arregladas, se podaron algunos árboles, se colocó nuevo piso y una fuente que la ciudadanía bautizó como la de los deseos y las letras turísticas con piedra.
“Hace un año se hicieron trabajos de modernización, quedó más hermosa, de noche se ve aún más bonita”, indicaron. El cuidado que le dan ha logrado convertirlo en uno de los parques más emblemáticos del Estado por su tamaño y por la historia que narran los antepasados sobre las modificaciones que ha llevado.
“Los fines de semana está repleta la plaza. No sabemos qué más modificaciones tendrá, pero lo que sí, aquí está el parque más grande del Estado”, señalaron.
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AA