En la madrugada de ayer, piratas modernos sorprendieron a dos embarcaciones sardineras cerca del Muelle Fiscal de Progreso, quienes armados con pistola, machete y navajas procedieron a desmantelar parte de los navíos.
Ante las amenazas, ambos equipos de trabajo en altamar sólo pudieron obedecer a los amantes de lo ajeno al estar en desventaja por no llevar más que herramientas de pesca. Entre dinero, celulares, producto y pertenencias de los hombres de mar, los botines ascendieron a los 50 mil pesos.
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Además, una lancha quedó a la deriva, por lo que tuvo que ser remolcada por otro buque a fin de retornar a su puerto base en La Caleta. El incidente repercutió en la comunidad pesquera a causa de que este tipo de ataques dejan endeudados a los permisionarios y sin trabajo a sus tripulantes.
Justo a mitad de semana, POR ESTO! informó que varios comités y pescadores ribereños ya habían visualizado a un par de buques de extracción desconocida, pues no poseían nombre ni tampoco una matrícula que pudiera identificarlos.
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En menos de 24 horas de dicha publicación, una nueva página en el historial siniestro a cargo de los bucaneros modernos se escribió cuando se dio a conocer del despojo a las dos embarcaciones.
Juan Patrón Alcalá, jefe operativo del Departamento de Pesca, constató que el suceso ocurrió en medio de los ajustes que esta dependencia hizo en los últimos días dentro de La Caleta, sin embargo, se mantiene comunicación a través de las cooperativas del municipio a fin de que se otorgue apoyo cuando alguna tripulación sea interceptada por estos criminales.
Por su parte, uno de los inspectores del embarcadero, en medio de la visita que esta corresponsalía realizó, indicó que los pescadores afectados decidieron no hablar ante la prensa local por razones personales. Lo único que se supo es que hubo quejas para las organizaciones y dependencias del sector pesquero por el nulo apoyo que otorgan a quienes son víctimas de los piratas.
Julio Alvarado Méndez, titular de la cooperativa Esfuerzos pesqueros y con más de medio siglo dedicado a la captura en diferentes ramos, aseguró que la situación se ha venido agravando desde hace seis años, a la par del furtivismo que ha costado malas rachas, sobre todo en la época del mero y el pulpo.
“En mi caso he sido testigo de numerosas desgracias con otros compañeros que han tenido la mala suerte de toparse con estos criminales, y se nos hace sorpresivo que las autoridades marítimas dejen partir a altamar a lanchas que tienen a bordo encapuchados, aparte de que no cuentan con matrícula. Lo único en lo que se parece a las embarcaciones menores reguladas es que cuentan con todo tipo de neveras y contenedores para poner ahí lo que roban”, dijo.
Aproximadamente, desde el 2016 se han tenido de tres a cinco asaltos en altamar por año, aunque lo contundente es que hay pescadores que han tenido más de un atraco con armas de grueso calibre. Además, no se tiene conocimiento de arrestos ni seguimientos a cargo de autoridades policiacas luego de las respectivas denuncias ante la Fiscalía General del Estado por parte de los permisionarios.
Otros pescadores constataron que el hartazgo ha sido tal que la única alternativa que les queda es armarse para defenderse de los bucaneros, aunque eso desencadene otras desgracias que ya involucren la pérdida humana en medio de los asaltos en el mar y que originan deudas monetarias a los patrones.
“No hay otra salida. Creo que el pescador ribereño no es visto como importante por las autoridades, nunca hay solución a estos casos y menos investigaciones profundas para capturar culpables, es un desastre”, indicó Gaspar Montalvo, hombre de mar veterano.
“Hasta que no pase algo verdaderamente grave no van a hacer nada las autoridades. No sé en qué nos puede auxiliar la Capitanía de Puertos, la única vez que lo hizo fue cuando les realizaron una manifestación en las puertas de sus oficinas, de otra manera no entienden”, manifestó Hugo Tzab.
Parte de la problemática que posiblemente haya envuelto a más de un pescador ajeno a estas actividades para volverse un delincuente de altamar, se aseguró que pudo ser a causa de la baja producción durante la temporada de pulpo, pues esto ha desatado que se tenga escasez económico.
Las apariciones de los piratas modernos y tripulaciones que realizan pesca furtiva con especies de mar en veda, han comenzado a sonar. Siendo repetido el suceso al igual que ocurrió el año pasado, donde incluso se retenían varios kilos de octópodo a bordo de vehículos particulares.
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GC