Esta semana comenzaron a correr inversiones que superan el cuarto de millón de pesos, pues permisionarios y armadores pesqueros han emprendido cuentas por el avituallamiento de embarcaciones de navegación mayor que formarán parte de lafiebre del pulpo este año, lapso que tiene como meta principal sacar del bache económico a los 12 mil pescadores que forman parte de los censos en el Estado.
Desde hace por lo menos tres meses se mantuvieron ancladas diversas unidades en los sitios de atraque para realizar rehabilitaciones en sus cubiertas y recibir la llegada de mecánicos para dejar fortalecidas las maquinarias internas. Posteriormente, se constató que empezará la compra de herramientas, carnadas, víveres, entre otros componentes para la aventura de al menos 20 días en altamar.
José Hernández, uno de los patrones de barco, indicó que una de las mayor dificultades para los administradores recae en el combustible, pues para zarpar rumbo al molusco las cuentas ascienden a más de 150 mil pesos.
Otro gasto que pone en duda a los armadores es la del cangrejo tipo ocol que es utilizado como carnada para el octópodo, ya que ha trascendido que estaba por encima de los 140 pesos el kilo. En cuanto a los víveres, se puntualizó que las inversiones en mercancía generan un aumento en precio de al menos un 10 por ciento cada año.
“A partir de la otra semana ya se comenzará a organizar el cargamento, la mayoría de las tripulaciones empiezan su armado unos cuatro días antes de zarpar, sin embargo, ya estamos preparando las cuentas para poder encomendarnos a una nueva temporada”, indicó José Francisco Tec, mejor conocido en el rubro pesquero como Caramelo.
Esperan superar la temporada pasada
Rafael Combaluzier Medina, secretario de Pesca y Acuacultura Sustentables del Estado de Yucatán, constató que se mantiene una alta expectativa a fin de poder igualar o superar las 19 mil toneladas del 2022, así como para generar derrama económica gracias al mercado europeo que cerró sus puertas para la venta del pulpo maya en aquella temporada.
El funcionario comentó que el mercado de Estados Unidos logró comprar alrededor de dos toneladas de cefalópodo, siendo clave la fusión de cocina millennial y la calidad que se tiene a través de esta especie única en la península.
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AA