Con un monto que alcanza los nueve millones de pesos, la pesca ribereña de Progreso ha iniciado sus inversiones de cara a la fiebre de pulpo que iniciará en menos de quince días para erradicar la mala racha que sufre este gremio desde finales del mes de diciembre del año pasado.
A diferencia de los buques de mayores dimensiones, las cerca de 900 lanchas y barcos pequeños que acuden a viajes de hasta doce horas en altamar y aquellas que permanecen hasta quince días requieren inversiones que van de los cinco a los diez mil pesos, siendo el combustible, el hielo y las carnadas de crustáceos tipo “Ocol” lo más costoso para los permisionarios. Esto a diferencia de la flota mayor cuyas inversiones alcanzan hasta los 150 mil pesos por cada embarcación.
Al igual que varios permisionarios del rubro marítimo, los armadores pesqueros han mantenido cerca del 70 por ciento de las lanchas ancladas en sus sitios de atraque para poder generar las inversiones de avituallamiento y en un par de semanas más para entrar de lleno a la fiebre del pulpo.
“Estos días son inestables sobre todo para el pescador que no hace un buen uso del ahorro, pues nadie quiere zarpar por pescado, ya que sabe que no hay una buena remuneración con el mero y la única esperanza recae en el octópodo”, destacó Armando Naal, pescador de más de 50 años de edad que afirma vivir su penúltimo año de actividad.
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Emigran a la navegación mayor
Un suceso poco antes visto, es que a partir de esta semana varios pescadores han comenzado a enlistarse en las tripulaciones de la navegación mayor, pues afirman sentirse atraídos por los cuantiosos anticipos que superan los 15 mil pesos.
“Nos conviene más estar con los barcos grandes porque el anticipo por lo menos te asegura curar deudas que se han ido acumulando como ribereño. Ya no es secreto que para agosto será escaso el pulpo porque los furtivos están a la orden del día con sus actos ilícitos no hay autoridades que en verdad vigilen y sancionen a con quienes comete esto”, indicó Porfirio Cuuytún, hombre de mar con un par de décadas en el negocio y que afirma dominar ambas modalidades.
Los administradores por su parte, constatan que en efecto, los anticipos resultan difíciles de pagar a sus pescadores por viajes de hasta quince días, mientras que aquellos que se van rumbo a la pesca de ida y vuelta, al no alcanzar lo esperado tendrían que anclar y despedir temporalmente a sus elementos.
“El pescador pide anticipos muy altos, que nos impiden otorgar, pues otros insumos del avituallamiento también se encuentran con precios elevados, como la carnada por ejemplo que cuesta al menos 150 pesos. Dudo incluso acudir por pulpo, prefiero seguir arriesgando montos de inversión con especies de escama”, admitió Christian Cruz Pérez.
Otro aspecto por el cual los pescadores prefieren enrolarse a los barcos de mayores dimensiones, es la oleada de robos tanto a embarcaciones que se encuentran ancladas en sus zonas habituales como también asaltos a lanchas que ejercen funciones dentro del mar que rodea al municipio.
La última vez que se tuvo un registro de este tipo de sucesos, fue a principios de esta semana cuando los bucaneros modernos asaltaron la lancha Eduardo I en Chicxulub Puerto para desvalijarla y hasta cambiarle varios aspectos, sin embargo, durante la madrugada del pasado 10 de julio su dueño logró identificarla para iniciar una investigación por vía de las autoridades policiacas.
En lo que respecta a las actividades delictivas en altamar, fue apenas el mes pasado cuando se vieron sorprendidos los integrantes de dos tripulaciones dedicadas a la pesca de sardina, pues fueron desvalijados de toda herramienta y objetos personales.
El primero de agosto, en todo Yucatán, cerca de 500 embarcaciones de mayor navegación y de dos mil navíos ribereños emprenderán camino a la temporada de pulpo con varias incógnitas, pues se estima que el precio y cargamentos sean bajos durante el primer mes de actividad.
Aparte de ello, este año será crucial para la comercialización internacional, pues durante el 2022 aún estaba cerrado el mercado en Asia por sus normas de higiene a fin de seguir previniendo el COVID-19. De igual forma, se tuvieron nulos envíos a la unión europea.
En lo que respecta a la seguridad y ordenamiento, también se mantienen las expectativas, pues el año pasado se tuvieron múltiples atentados con pescadores que presuntamente estaban bajo las influencias de los estupefacientes.
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GC