Los rituales religiosos en el puerto de abrigo y zonas de atraque por la ya cercana "pulpeada" que inicia este primero de agosto, ya arrancaron en Progreso, pues es tradición de varias décadas hacer estas sesiones a fin de evitar muertes o tragedias como las que se registraron el año pasado.
Una de las misas, se llevó a cabo en el puerto de abrigo, contando con la participación de autoridades pesqueras y hombres de mar acompañados de sus familias que no quisieron pasar la oportunidad de encomendarse a su religión para evitar algún accidente dentro de los viajes que emprenderán a lo lardo de veinte días.
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Fue notable también como varios pescadores acudieron también para recordar a varios de sus compañeros que sucumbieron a diversos hechos en años recientes, fortaleciendo el dicho entre trabajadores del mar que dicta que “saben cuándo se van pero no si van a poder regresar”
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En lo que respecta a la modalidad ribereña, varios propietarios de lanchas han llevado también a pastores y sacerdotes para bendecir sus lanchas, sobre todo porque en la ribera es donde ha habido mayor peligro, si se toma en cuenta que ha sido mayor el número de pescadores heridos, asaltos en altamar naufragios de los últimos tres años.
Otros pescadores, también iniciaron rituales por medio de figuras como la de San Pedro Gonzales Thelmo, patrono de los pescadores, para que les acompañe en diversas travesías mientras que para los marineros de navegación mayor, se requieren hasta seis salidas en caso de no presentarse un problema de mayor índole.
Como se sabe, hace un año fallecieron seis hombres de mar y estuvieron a punto de perder la vida alrededor de doce personas allegadas al circuito pesquero. Lo más sorprendente es que los fallecimientos fueron tanto en tierra como en altamar, incluso en momentos donde se llevaban a cabo las descargas de producto luego de concluir el viaje, tal como ocurrió en el mes de diciembre con un quincuagenario que sucumbió electrocutado en la zona de atraque situado a detrás del área de congeladoras de Chelem puerto.
Este año no ha sido la excepción, pues aunque se ha registrado un bajón de actividad en altamar a causa de los malos resultados de la temporada de pulpo, datos de esta corresponsalía, dictan que han perdido la vida al menos cinco hombres de mar desde la primera semana de enero hasta apenas el pasado mes de junio.
Hace un año, resulto sorpresiva la muerte de seis personas a lo largo de la temporada de pulpo, siendo cuatro de ellos dos progreseños y un par de pescadores que llegaron desde el interior del estado en busca de mejorar su situación económica.
De igual manera, a través de las misas y bendiciones, no faltaron los permisionarios que solicitaron que los sacerdotes tiren agua bendita en sus navíos para alejarlos de la mala suerte en altamar que puede derivar en un naufragio o un ataque por vía de los “piratas modernos” que en más de tres fechas en el primer semestre del año hicieron de las suyas.
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AN