Yucatán

En el Sur de Yucatán, padres prefieren a las parteras para recibir a sus hijos que un médico

El oficio de las parteras en Yucatán se mantiene al ser de las opciones favoritas de los padres para que ellas sean quien reciba a sus hijos
Pobladoras del Sur prefieren acudir con la X-ilah k´oha´an que ir a un Hospital / Valerio Chan

La práctica de la partería sigue siendo común en el Sur de Yucatán, donde muchas mujeres sienten mayor confianza al tener a sus bebés con la X-ilah k’oha’an que acudiendo al Hospital Comunitario. Esto se ve reflejado en municipios como Peto y Tahdziú, donde las pobladoras prefieren ser atendidas por una partera tradicional que por un médico de bata blanca.

Un ejemplo es Noemí Uc Ek, de la colonia Trinidad en Peto, a la que médicos tradicionales le atendieron el nacimiento del cuarto hijo sin más complicaciones y sí con bendiciones por la alegría que trajo a la madre del bebé.

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“Es una satisfacción brindar esta atención a las madres que lo solicitan y que por lo general son de la colonia y que ven a las parteras tradicionales como otra forma de asistencia, lo que demuestra que hay confianza en la labor de la Organización de Médicos Indígenas Mayas de la Península de Yucatán Jacinto Pat A. C.”, señaló la partera Rosa Pech May.

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El trabajo de Rosa Pech comienza cuando ya se nota el crecimiento del vientre de la mujer. A partir de entonces acude semanal, quincenal o mensualmente a casa de la embarazada a brindarle los masajes necesarios para su bienestar y para el sano crecimiento del feto.

Durante la sobada, de alrededor de 45 minutos, Rosa Pech le transmite información a las habitantes sobre el cuerpo, el embarazo y el parto, además de que al haber recibido capacitación del Sector Salud les proporciona conocimientos sobre métodos anticonceptivos, uso de medicamentos y material de curación.

“La sobada que les brindo durante su gestación es distinta a la que les doy al momento del parto y en el posparto”, subrayó.

La práctica de la partería sigue siendo común en Tahdziú y Peto. Muchas mujeres sienten mayor confianza al tener a sus bebés con la x-ilah k’oha’an, que acudir al Hospital Comunitario de este último municipio.

La investigadora de la Universidad Pedagógica Nacional, Adriana Leona Rosales Mendoza, señaló que a las mujeres mayas no les gusta acudir al Centro de Salud, debido a que el personal médico y de enfermería no conoce ni respeta las prácticas prenatales y postnatales de la población indígena, como las costumbres alimenticias, masajes durante el embarazo, disposición de la placenta y cuidados postnatales.

Además, comentó que el personal de Salud no toma en cuenta las opiniones de las mujeres al aplicar ciertas prácticas de la medicina institucional, como las cesáreas, episiotomías, utilización del dispositivo intrauterino (DIU), salpingoclasia y la administración de medicamentos.

También, comentó que en  su contexto cultural las mujeres embarazadas y parturientas sienten incomodidad y vergüenza si son atendidas por médicos varones, a lo que se suma que la mayoría son mayahablantes que no encuentran interlocutores, ya que son atendidas por residentes en medicina monolingües que se expresan sólo en español y procedentes de otros Estados del país.

En su estudio, la doctora Adriana Rosales apuntó que también habría que considerar las necesidades de las mujeres durante el parto, ya que siguiendo los procedimientos institucionalizados, la parturienta es acostada en una camilla, teniendo más en cuenta “la comodidad” de quien la atiende que la de ella; cuando es sabido y mencionado por mujeres que han tenido hijas(os), que es más efectivo dar a luz en cuclillas o, incluso, de pie.

“Estas prácticas de parto son comunes en muchas comunidades indígenas del país, aunque tienden a desaparecer debido al predominio de la medicina institucional. Ojalá que la capacitación de las parteras rurales no contribuya a anular sus sabios procedimientos y, en cambio, propicie la revalorización de la partería tradicional en beneficio de los alumbramientos, y los nuevos conocimientos adquiridos apunten a mejorar la salud reproductiva y la igualdad entre las mujeres y los hombres en contextos indígena”, concluyó.

El coordinador del Centro de Atención de la Medina Tradicional Maya de la organización, Amado Herrera, indicó que además de la labor que realizan las parteras y que tiene gran aceptación entra la comunidad, desde hace más de dos décadas los médicos indígenas mayas tradicionales siguen trabajando en el rescate de la plantas y hierbas.

“Con las plantas hemos curado hasta la embolia de varias personas quienes se han recuperado después de varios meses, lo que demuestra que las hierbas medicinales son valiosas en la actualidad”, subrayó.

Después de más de dos décadas en la que se ha mantenido activa la organización, agrupan a 38 médicos indígenas mayas de diferentes localidades como Peto, Tahdziú, Tzucacab, Akil, Chacsikín, Oxcutzcab y Tekax.

Apuntó que el objetivo de la agrupación es promover la conservación, desarrollo y reconocimiento de la medicina indígena tradicional en el Sur del Estado, la preservación de la cultura indígena a través de la medicina herbolaria, así como la práctica o ritual de usos y costumbres.

Trascendió que en  la carretera Peto-Tzucacab hay una farmacia comunitaria en la que se efectúa la investigación empírica y científica de las propiedades de las plantas, que en la actualidad está bajo la responsabilidad de Cenobio Cen.

Por otro lado, en la salida de la carretera Peto-Chetumal, en 28 por 63, de la colonia Trinidad, se encuentra también el edificio del Centro Regional de Desarrollo de la Medicina Indígena, que cuenta con tres salas: de recepción, de juntas de trabajo y cuarto para partos, masajes y hierbateros; así como dos baños y un dormitorio para pacientes mayas.

La especialista Marina Vera Ku del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), en el área de Plantas Medicinales del área de Germoplasma, señaló que los médicos tradicionales llevan toda una vida aprendiendo acerca de las plantas y saben cuánto y cómo utilizarlas.

Agregó que también saben de los seres espirituales que se mueven más allá de esta dimensión (unos para mal y otros para bien), así como los orígenes psicosomáticos de algunas enfermedades. A pesar de que nos puede parecer folklor o simple superstición, la ciencia ha demostrado una tras una que las formulaciones medicinales tienen principios activos que, de una manera u otra, sin saber exactamente cómo funcionan, traen alivio al paciente. Finalmente, desde el punto de vista del paciente, importa muy poco cómo funciona la poción medicinal, lo importante es que cure y no cause efectos adversos.

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GC