En Yucatán, el acceso a cirugías reconstructivas para mujeres que han pasado por una mastectomía, como parte de su tratamiento contra el cáncer de mama, es limitado. Eduardo Medina Flores, cirujano plástico y parte del movimiento “Reconstruir es volver a vivir”, señaló que los costos para este tipo de intervenciones pueden variar entre los 150 mil y los 300 mil pesos, dependiendo del tipo de reconstrucción que se necesite. Estos gastos, además de ser un golpe económico para muchas familias, impactan directamente en la autoestima y confianza de las pacientes.
A nivel mundial, el porcentaje de mujeres que acceden a una reconstrucción mamaria después de una mastectomía es considerablemente alto, superando el 80 por ciento en algunos países. Sin embargo, en México, la cifra apenas alcanza entre el 5 y 10 por ciento, y en Yucatán es aún más baja.
Medina Flores subrayó que la falta de confianza y el temor a acudir a revisiones médicas son factores que frenan a muchas mujeres en la región. “Aquí estamos muy por debajo de esas cifras, debido a que las mujeres todavía no tienen esa confianza de acudir para revisión y que puedan ser operadas”, explicó.
El especialista destacó que el Hospital Regional de Alta Especialidad es uno de los centros donde se realizan estas cirugías de manera pública. Sin embargo, cuando las capacidades del hospital son insuficientes, se busca recurrir a medios privados para garantizar que todas las mujeres tengan la oportunidad de acceder a una reconstrucción. “Una mujer mastectomizada no tiene la misma calidad de vida, por eso es importante ofrecer opciones”, subrayó Medina.
El proceso de reconstrucción mamaria es complejo y no se limita a un solo procedimiento. Existen al menos 15 tipos de cirugías diferentes, que varían según las necesidades específicas de cada paciente. Algunas mujeres sólo requieren restaurar el volumen del pecho, mientras que otras necesitan injertos de piel o el uso de expansores y prótesis. El enfoque de cada intervención se diseña a partir de factores como la cantidad de tejido que quede disponible tras la mastectomía o el tipo de tratamiento que la paciente haya recibido.
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El cirujano explicó que la reconstrucción mamaria puede llevarse a cabo de dos formas: inmediata, cuando el tumor es pequeño y se puede realizar en el mismo procedimiento que la mastectomía; o diferida, en casos en los que la paciente ya ha pasado por quimioterapia o radioterapia, en cuyo caso se debe esperar un mínimo de seis meses antes de realizar la intervención.
El especialista concluyó que, aunque el camino es difícil, existe una alternativa para cada mujer. “A veces sienten que su caso no tiene solución, pero siempre hay opciones, lo importante es que se acerquen para obtener la información y el apoyo necesarios”, expresó Medina, llamando a las mujeres a no perder la esperanza en su lucha por recuperar su bienestar físico y emocional.