Debido a la baja captura de escama y pulpo, hay escasez de empleos en esta temporada decembrina en las costas de Yucatán, por lo que pescadores de Progreso tendrán que prolongar sus jornales hasta el cierre del año.
En un sondeo realizado en el puerto, hombres de mar coincidieron en que, a pesar de son considerados días de guardar, muchos tendrán que embarcarse para la pesca y tratar de completar el ingreso familiar; tendrán que pasar el cierre de año -y los frugales festejos- lejos con sus familias.
Pedro, filatero y pescador, comenta que casi no ha podido trabajar por el mal tiempo: “A veces nos podemos aventar hasta un mes sin trabajar. Aunque recibimos un apoyo de 2 mil 400 pesos al mes en vales, no nos alcanza, es muy poco”. La historia de Pedro es la de muchos de sus colegas, porque trabajan por destajo, es decir, si no se hacen a la mar no perciben ningún ingreso; por eso, otros tantos buscan otras formas de sobrevivir. “Acá cuando no hay trabajo la mayoría nos vamos a trabajar de albañiles, aunque la paga también es baja, no se compara con lo que sacamos acá”, afirma Pedro, quien explica que el pago por trabajar como alarife varía con la demanda. El salario oscila entre 3 mil y 4 mil pesos a la semana.
Sin embargo, hay pescadores que no se pueden dar el lujo de otro oficio u ocupación, como Victoriano Baaz, quien lleva más de 15 años en la pesca, pero que ya no tiene fuerzas para buscar otro ingreso. “Como estoy grande ya no me dan trabajo, llevo casi 18 años dedicándome a esto y es lo único que sé hacer. He buscado trabajo de velador, pero ya no me dan empleo”, cuenta Baaz, quien a la vez recuerda que en años anteriores sí sacaba el ingreso suficiente para vivir, pero con el paso del tiempo se ha vuelto más complicado.
A la mayoría de los pescadores antes de salir a altamar se le otorga un anticipo por parte de sus patrones para poder dejarles dinero a sus familias, sin embargo, muchas veces este préstamo no puede ser liquidado por la falta de pesca.
“Nos hemos visto muy afectados por el frente frío, de plano no se puede laborar. De los 20 días que pasamos fuera solo trabajamos cinco o seis días”, narra José Figueroa, quien considera que, en comparación con el año pasado, la captura se redujo 30%. “Este año lo que trajimos solo nos alcanza para pagar los gastos. En mi caso solo vengo a dejar dinero y vuelvo a salir el 29 de diciembre. Por lo que el 31 no vamos a estar acá”.
Con relación al pulpo, la escasez de esta especie debido a las bajas temperaturas se vio reflejada en una baja captura. Carlos, un pulpero, asegura que pasó 14 días sin trabajar. “Este año solo alcancé a pescar 200 kilos; aunque normalmente siempre es bajo, el año pasado si logré pescar por lo menos 400 kilos”.
Carlos cree que también la suerte juega un papel importante. “A mí me salió para pagar y para los chicles. Pero pues depende de la suerte. Yo por lo menos saqué para sobrevivir”.