En los últimos días, la comunidad de Nohalal, ubicada en el municipio de Tekax, al sur del estado de Yucatán, se ha un vuelto muy popular, debido a sus históricos registros de bajas temperaturas, en donde el termómetro ha marcado los cero grados centígrados. Fue el 20 de febrero de 2007 y el 23 y 24 de enero de 2009, cuando este poblado se convirtió en un ambiente digno de estados del norte del país, que causó incluso, la muerte de aves.
Recientemente, Alejandro Xiinbal, quien se ha destacado por documentar aspectos sociales de la Península de Yucatán, y compartirlos a través de las redes sociales, viajó hasta este lugar para conocer a detalle la forma de vida de los habitantes de la zona. De acuerdo a Xiinbal, a pesar que diversos medios han informado que son 24 las personas que habitan en el lugar, comerciantes de la comunidad, afirmaron que entre adultos y niños la cifra sería de unas setenta personas.
Doña Emilia, comisaría de la localidad, comentó que la pandemia, causada por el Covid-19, afectó la situación económica en el poblado, e incluso reveló que durante esos años, sus hijos tenían que salir a cazar para traer alimento al hogar. Además, agregó, que en el pasado un huracán afectó considerablemente al sitio, lo que provocó que buena parte de la población abandonara el ahora referido "polo sur yucateco".
¿A qué se dedica la gente en Nohalal?
Los habitantes de esta comunidad se dedican principalmente a la apicultura. a cultivo y a la ganadería. Sin embargo, un pequeño porcentaje de la población de los nohaleños, han comenzando a laborar con grupos menonitas quienes se han establecido en la región y ofrecen salarios atractivos en actividades relacionadas con los cultivos alimentarios, como la soya, el sorgo, el arroz, el girasol y el frijol.
Un joven, hijo de la comisaría Emilia, cuyo nombre no fue revelado, informó que actualmente labora como operador de maquinaría pesada, con un grupo de menonitas dedicado al cultivo. Aseguró que labora desde las 7:00 horas hasta las 19:00 horas y percibe un salario mensual de aproximadamente 17 mil 500 pesos.
El joven, quien tiene un hijo de tres años llamado Sebastián, aseguró que son pocas las personas que laboran con estos grupos, en cambio la mayor parte de la comunidad dedica su tiempo a laborar en apiarios y cultivos propios. Reveló que en su trabajo tiene la oportunidad de aprender mucho, además de recibir apoyos por parte de sus patrones.
Falta de oportunidades
La lejanía de este sitio, en conjunto con las pocas oportunidades laborales, ha generado que un fenómeno de migración se origine en este sitio, como es común en distintas comunidades rurales. Las actividades que ahí se desarrollan se vuelven elementales en la vida cotidiana de la población de Nohalal, en donde el invierno se hace sentir cada año.