En la carretera entre Hunucmá y Sisal, donde el pasado miércoles hubo un megaincendio, en el ambiente aún predomina el olor a ceniza, mientras a la vera de la carretera, trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad reparan cables y transformadores chamuscados.
En vasta zona, los distintos tonos de verde contrastan con los colores marrón, el gris y el negro que dejó el fuego en la reserva ecológica El Palmar. Cerca de ahí, en el campus Yucatán de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), un puñado de científicos e investigadores, evaluaba ayer el impacto de sus proyectos para un desarrollo socioeconómico y ambiental de ese Pueblo Mágico.
La comunidad científica documentó que Sisal destaca por una particular tradición religiosa asociada con la cultura pesquera: la peregrinación del Cristo Negro, la cual se realiza desde 1962, en cada agosto, con la participación de la población local y visitantes. De acuerdo con el registro, la imagen de “El señor de Sisal” se encontró flotando en la costa en 1915.
Como adelantamos en nuestra edición de ayer, científicos, investigadores y académicos de ocho entidades de la UNAM y otras instituciones nacionales e internacionales se dieron cita en Sisal, para iniciar el análisis de 19 proyectos, con un objetivo común: que ese puerto, hoy Pueblo Mágico, sirva como ejemplo de los desarrollos costeros a nivel regional y nacional.
En la jornada de ayer, los científicos universitarios instaron a tomar en consideración el interés e importancia de la pesca y las creencias que giran en torno a ella, así como otros usos y costumbres, es fundamental para proponer un proyecto de desarrollo sustentable que sea pertinente para los pobladores de Sisal.
La UNAM comenzó su presencia en Sisal en 2004. En la actualidad, cuenta con técnicos, profesores e investigadores de la Facultad de Ciencias, la Facultad de Química y el Instituto de Ingeniería, así como estudiantes de licenciatura y posgrado. Esto ha significado la presencia de recintos educativos que van desde nivel preescolar hasta posgrados.
En el año 2020, Sisal fue nombrado Pueblo Mágico por parte de la Secretaría de Turismo, denominación que se le confiere a localidades emblemáticas para el país gracias a sus símbolos, leyendas, arquitectura o contexto histórico.
El auge económico de la Península de Yucatán, sumado a la creciente presión inmobiliaria y turística, generan la imperante e improrrogable necesidad de promover y financiar propuestas de desarrollo, como la presente, que articulen el aprovechamiento sustentable de los recursos locales y prácticas de conservación en armonía con el frágil entorno socio-ambiental de la costa yucateca.
Con muchos visitantes, locales, nacionales y extranjeros que disfrutan el mar -alejados de la zona Norte y sus conflictos entre las deidades maya Chaac, y el griego Poseidón-, Sisal se mantiene como una pequeña localidad costera en el Noroeste de la península de Yucatán, con cerca de 2 mil habitantes.
La presencia de pobladores se remonta a la época prehispánica y alcanza su auge en el siglo XIX como el principal puerto comercial de la región, destacando la exportación de fibras de henequén, tabaco y algodón hacia Europa.
Sus edificios históricos, como la residencia donde se localiza la estatua del Monifato, la ex aduana marítima y el fuerte de Santiago reflejan la importancia de su pasado. Después de ser un centro de intercambio de mercancías, Sisal tuvo una vocación de pesca, viéndose beneficiado por la construcción del puerto de abrigo en 1985 y la instalación de la granja camaronícola Industrias Pecis (1996-2005), la cual empleaba a un número importante de la población. Pero en las últimas décadas, se ha incrementado el turismo local familiar y, más recientemente, el ecoturismo.
GC
