Pese a que la temporada de mero no ha cumplido con las expectativas, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) destacó la importancia del estado que, junto a Campeche y Quintana Roo, hacen de la Península de Yucatán un punto neurálgico para la pesca y la acuacultura en México.
La dependencia federal recordó que en el 2023 se produjeron 98 mil 310 toneladas de productos pesqueros en la región, Yucatán aportó el 47.6 por ciento.
De esta manera, en el estado se capturaron 46 mil 824 toneladas, de las cuales el 39 por ciento fueron de pulpo, erigiéndose como el principal productor de la Península.
Todo ese volumen se refleja en un valor por encima de los 5 mil 500 millones de pesos, de los cuales Yucatán aportó 3 mil 381 millones (59.3 por ciento), aunque el tonelaje resultó menor.
Campeche, con 49 mil 543 toneladas, tuvo un valor de 2 mil 20 millones de pesos (35.4 por ciento), y Quintana Roo, con mil 943 toneladas, sumó un valor de 300 millones (5.26 por ciento).
En ese sentido, tiene que ver la calidad y el tipo de producto capturado. La Sader destacó que, en el 2023, Yucatán produjo 701 toneladas de langosta, seguido de Quintana Roo, que tuvo 311 ton.
Asimismo, Yucatán y Campeche son líderes en la producción de pulpo, aportando 18 mil 407 y 6 mil 984 toneladas, respectivamente. En suma, abarcan el 94.33 de la producción total nacional del cefalópodo, que es de 26 mil 915 toneladas. En el caso de Yucatán, por sí solo aportó el 68.3 por ciento de lo capturado.
El estado tiene en Progreso a su principal puerto y las especies que predominan son el mero y “similares”: rubia, mojarra, langosta y villajaiba. En Campeche se pescó más el róbalo, camarón, caracol y jurel, mientras que en Quintana Roo se capturó mero y similares: pulpo, camarón, mojarra y langosta.
“La Península de Yucatán no sólo es un paraíso natural, sino también un pilar esencial para la producción pesquera y acuícola de México”, resaltó la Sader en su informe. Por eso, más allá del panorama actual, se prevén amplios beneficios en la región y a nivel nacional. Consideró que la actividad pesquera no sólo genera numerosos empleos en las comunidades costeras, desde la captura hasta el procesamiento y distribución de productos.
Sino que además promueve una seguridad alimentaria con suministro constante de productos, a la par de una sostenibilidad ambiental, reduciendo la presión sobre las pesquerías silvestres y protegiendo los ecosistemas marinos.
Asimismo, preserva una cultura y tradición, que forman parte de la identidad de las comunidades costeras, con prácticas tradicionales, abundó la dependencia.
GC