Carlos Evia Cervantes, titular del Grupo Espeleológico Ajau, manifestó que los visitantes a las cavernas y cenotes de Yucatán han convertido esos sitios en basureros que hay que limpiar constantemente por las asociaciones o autoridades de los diversos municipios; sin embargo, recalcó que aunque cada persona tendría que tener responsabilidad moral, son las mismas autoridades de las localidades quienes tienen que aplicar multas y acciones para evitar que se continúe dañando el ecosistema.
Comentó que, en las exploraciones recientes, han encontrado productos industriales, principalmente envases de cerveza que dejan los visitantes que acuden a pasar el día y no se llevan su basura. Este comportamiento ha sido especialmente notable entre los jóvenes que frecuentan la zona, afectando gravemente la limpieza de los cenotes y cavernas.
Un ejemplo preocupante es la cueva de Chacxix, un abrigo rocoso de gran tamaño que alberga una rica fauna y flora. Evia Cervantes destacó que, para preservar estos ecosistemas, las labores de limpieza son imprescindibles, ya que la acumulación de basura no sólo afecta la imagen de estos sitios, sino que contamina el agua y amenaza la vida silvestre que habita en el área.
Los cenotes y cavernas, que forman parte del rico patrimonio natural de Yucatán, no sólo están en riesgo por la basura acumulada, sino también por el impacto que esta tiene en el ecosistema subterráneo, afectando la flora y fauna. La necesidad de un esfuerzo coordinado entre sociedad y Gobierno es evidente para detener la degradación de estos sitios que, además de su importancia ecológica, son atractivos turísticos clave en la región.
Además, el titular del Grupo Ajau indicó que es fundamental la creación de campañas educativas y de concientización que ayuden a sensibilizar a los turistas y pobladores sobre el valor de estos recursos naturales. Sin embargo, recalca que, sin el respaldo de multas y medidas punitivas por parte de las autoridades, los esfuerzos para proteger estos espacios podrían resultar insuficientes.
La situación ha generado preocupación entre los grupos de exploración y ambientalistas, quienes exigen pronta respuesta para preservar uno de los tesoros más valiosos de Yucatán.