La migración de yucatecos hacia Estados Unidos ha sido un fenómeno constante y multifacético a lo largo de las últimas décadas. Cada historia es única, pero todas comparten un hilo común: el deseo de mejorar la calidad de vida para ellos y sus familias.
Sin embargo, vivir fuera del país, lejos de sus raíces, presenta contrastes difíciles que van desde la incertidumbre hasta la esperanza, pasando por el esfuerzo diario por mantener vivas las tradiciones yucatecas en un contexto adverso.
Para miles de yucatecos que residen en Estados Unidos, el reto de adaptarse a una nueva vida está marcado por la constante separación familiar, la precariedad laboral, y las dificultades inherentes al estatus migratorio. Si bien los avances económicos pueden ser palpables para muchos, las historias de sacrificio y desarraigo se mantienen presentes en el relato colectivo de los migrantes.
A pesar de los desafíos, las remesas que los migrantes envían cada año a sus familias en Yucatán se han convertido en una de las fuentes más importantes de ingresos para muchas familias. De acuerdo con Senayda Rosel May, subdirectora de Atención a Migrantes del Instituto para el Desarrollo de la Cultura Maya (Indemaya), los municipios de Mérida, Oxkutzcab, Tekax y Ticul son los que más reciben remesas, con un crecimiento notable del 4.75% en comparación con el mismo periodo del año anterior.
A lo largo del año pasado, y especialmente en el tercer trimestre, las estadísticas sobre las remesas enviadas por los migrantes a Yucatán dieron cuenta de un aumento significativo. Según datos de Banxico, el flujo de remesas alcanzó los 118 millones 259 mil 945 dólares, lo que representó un incremento de 175 mil 473 dólares respecto al trimestre anterior.
De acuerdo con la subdirectora, de los 46 municipios que reciben mayores números de remesas, 40 reportaron incrementos en el último periodo, aunque todavía falta un último análisis para conocer los ingresos totales que los paisanos enviaron al Estado durante los meses de octubre a diciembre.
Los envíos de dólares, de enero a septiembre de 2024, sumaron un total de 340 millones 890 mil 720 dólares. Esta cantidad representa un crecimiento del 4.75 por ciento respecto al mismo periodo de 2023. No obstante, el acumulado de enero a septiembre del año pasado supera al monto total acumulado recibido en todo 2021.
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Según las proyecciones, se espera que el año pasado cierre con cifras récord en cuanto al ingreso de remesas, no obstante, la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos podría traer cambios importantes en la política migratoria que repercutan en los envíos de este importante apoyo económico al estado durante 2025.
Aunque las facultades del Indemaya no incluyen asistencia directa sobre el tema, desde la subdirección de Atención a Migrantes ofrecen orientación en caso de que alguien la necesite. Asimismo, el instituto aseguró que parte de las reformas internas incluyen un acompañamiento directo y sin intermediarios en los diferentes programas que ofrecen tanto para los migrantes como para las familias que residen en los municipios del interior del estado.
Abandonan sus casas por incendios
Aunque las adversidades son parte del día a día de los yucatecos en el vecino país: la reciente ola de incendios en California es un ejemplo claro de cómo las adversidades pueden acumularse. Varios yucatecos de la región se vieron obligados a evacuar sus hogares debido a la cercanía de las llamas, viviendo con el temor de perder todo lo que han construido.
De acuerdo con Miguel Martínez Contreras, presidente de Poder Migrante Mexicano Yucatán, muchos paisanos residentes en esta región se han visto afectados tanto en sus viviendas como en su estabilidad laboral debido a la cercanía de las llamas. Informó que algunos migrantes se encontraban a tan solo dos o tres kilómetros de las zonas críticas, lo que llevó a que varios de ellos fueran evacuados hacia refugios temporales.
“Les ha afectado mucho, tanto en lo laboral, como en el riesgo de sus viviendas. Hay algunos que siguen muy cerca. Según escuchamos, hay quienes quedaron a dos o tres kilómetros de distancia de la franja crítica y ellos están temerosos”, comentó.
El líder migrante expresó su preocupación por quienes se encuentran en condición migratoria irregular, pues podrían enfrentar mayores dificultades para acceder a ayuda gubernamental o encontrar empleo tras el impacto de los incendios.
Por su parte, Corina González, integrante de Poder Migrante Mexicano Yucatán, destacó que no contar con un padrón oficial de migrantes yucatecos en California ha complicado la labor de las organizaciones que buscan brindar apoyo.
“Sabemos que hay gente afectada, pero no tenemos un número exacto porque no tenemos una cifra oficial. Nos hemos comunicado con algunos, pero nos gustaría tener el contacto y conocer a toda la población que esté sufriendo estos problemas”, explicó González.
Esta falta de información subraya la necesidad de establecer estrategias que permitan identificar y registrar a los migrantes yucatecos radicados en Estados Unidos, con el objetivo de canalizar apoyos en situaciones de emergencia.
Se estima que cerca del 60% de los yucatecos radicados en Estados Unidos viven en California, muchos de ellos en condiciones regulares y con familias establecidas. Sin embargo, la vulnerabilidad de quienes se encuentran en situación irregular agrava los efectos de desastres como los incendios, ya que enfrentan barreras para acceder a refugios, empleo o programas de asistencia.
Tanto Martínez Contreras como González insistieron en la necesidad de que las autoridades estatales y federales trabajen en conjunto para crear un censo de migrantes en el extranjero, lo que permitiría diseñar políticas de apoyo más eficaces ante emergencias como la actual.
“Es fundamental que el gobierno implemente una estrategia para identificar a nuestros paisanos en el extranjero y asegurarnos de que, en situaciones como esta, no se queden desamparados”, concluyó Martínez Contreras.
El respaldo familiar, clave
En medio de este panorama, iniciativas como el programa Linaje del Mayab, impulsado por el Indemaya, ofrecen un rayo de esperanza. Este programa busca facilitar el reencuentro entre adultos mayores que llevan más de 10 años sin ver a sus hijos migrantes.
El programa ha generado una respuesta positiva, y durante las primeras semanas de 2025 ya se han recibido 105 solicitudes. Aunque aún falta tiempo para cerrar el registro, este esfuerzo resalta la importancia de no olvidar las raíces y, en este caso, facilitar la reunión de familias separadas por las fronteras.
De estas solicitudes, 50 ya cuentan con un expediente, mientras que el instituto espera que más personas se aproximen antes de que los registros cierren el próximo 28 de febrero.
De acuerdo con la Subdirección de Atención a Migrantes del Indemaya, se estima que entre 250 mil y 300 mil yucatecos radican en los Estados Unidos. Luis Manzanero Rodríguez, jefe del departamento de Proyectos Estratégicos, señaló que hace falta realizar un censo. Sin embargo, un dato que sí se conoce son los estados de la Unión Americana que resaltan como “destinos migratorios”, entre los que se encuentran California, Oregón, Washington, Colorado y Texas.
El programa Linaje del Mayab buscar acercar a las familias yucatecas que tengan un hijo migrante a quien llevan años sin ver. La convocatoria está orientada a adultos mayores de 60 años que residan en el estado, tengan a un hijo yucateco en Estados Unidos y lleven más de 10 años sin verlo. Con esto, se busca crear un reencuentro exitoso.
Senayda Rosel recordó que los programas manejados por el instituto son gratuitos, por lo que cualquiera puede solicitarlos. Además de Linaje Maya, también cuentan con apoyos para la repatriación de cuerpos en caso de fallecimiento. Otra de las asistencias a las que se dará mayor atención son a migrantes con retorno voluntario. Estos casos reciben una especial atención para establecer un punto de inicio de regreso en el estado y que puedan continuar con el apoyo a sus familias.
La Subdirección señaló que actualmente se trabaja en un modelo de trato directo con los beneficiarios de los programas, por lo que buscan eliminar a los intermediarios. Asimismo, están dando prioridad a una cobertura integral que toma en cuenta la salud mental de las personas.