En días recientes, el Ayuntamiento de Mérida a través de la Dirección de Servicios Públicos Municipales y Protección Civil Municipal, atendió dos casos por acumulación compulsiva en la capital yucateca. El primero de ellos, en un predio de la colonia Pacabtún, en donde se lograron retirar 90 toneladas de basura, y el segundo en una vivienda de la colonia Mayapán, sitio en el que se recolectaron 32 toneladas de residuos.
La situación, obligó a la autoridad local a implementar un esquema de atención para este tipo de casos, que representan un riesgo para la ciudadanía. Durante la rueda de prensa semanal del pasado martes 21 de enero, la alcaldesa Cecilia Patrón Laviada, informó que un caso de acumulación masiva sería atendido cada semana, brindando apoyo psicológico y apoyo integral para los responsables.
La situación genera preocupación entre la ciudadanía, quien luego de atestiguar la forma en que fueron atendidos los dos casos mencionados con anterioridad, exigieron que se trabaje en otras zonas de la ciudad en donde la acumulación se presenta en múltiples espacios, obstaculizando la vía pública y afectado a los vecinos.
La directora de Gobernación, Carmen González Martín, informó que se han detectado 20 predios que acumulan basura, por lo se analiza qué acciones se tomarán y cuál será la coordinación entre las distintas áreas para dar un manejo adecuado a la situación.
¿Cuál es el perfil de un acumulador?
El trastorno de acumulación compulsiva representa la dificultad de deshacerse de objetos, muchas veces sin valor, porque se tiene la creencia de que podrían cumplir una función en el futuro o porque se asocian a momentos felices. De acuerdo con especialistas, los primeros síntomas se manifiestan entre los 15 y los 19 años de edad, y pueden agravarse a medida que pasa el tiempo.
Otras afecciones relacionadas con el padecimiento son la depresión, trastornos de ansiedad, trastorno obsesivo compulsivo y trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Poco se sabe sobre la enfermedad, por lo que hasta ahora no se conoce ninguna forma de prevenirla. Sin embargo, recibir un tratamiento adecuado puede evitar que la situación empeore.