
Apicultores de Tizimín laboran involucrando a sus familias, lo cual fortalece los lazos entre todos los integrantes, además de que permite dividir de una forma adecuada los trabajos para recolectar la miel a lo largo de las jornadas.
La apicultura es una de las principales actividades de esta región, y en muchos casos está conformada por núcleos productivos familiares, generando puestos de trabajo directos e indirectos, además de incrementar los ingresos económicos, pues aunque generalmente los dividendos que deja la actividad se reparten entre primos, tíos u otros que participen, los trabajadores del sector principalmente involucran a sus esposas e hijos.
Hay que mencionar que la apicultura requiere de mucha mano de obra, y cuando se trabaja con el núcleo familiar, los ingresos permanecen y generan un mayor beneficio.

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Durante la cosecha es cuando más participan la mujer y los hijos, al igual que cuando se realiza la instalación del apiario, el manejo de colmenas, la limpieza y la venta en los centros de acopio.
Ante la necesidad de garantizar la seguridad y soberanía alimentaria, así como el desarrollo productivo rural, se están recuperando la visión cultural y fortaleciendo las organizaciones sociales y económicas de las familias de pequeños productores agropecuarios y forestales de comunidades y pueblos indígenas.
Es gracias a la ayuda de la familia que varios trabajadores han incrementado sus ingresos económicos en el hogar. Además, se ha cambiado la visión de que la actividad apícola era exclusivamente un trabajo de hombres, pues actualmente muchas mujeres están involucradas en ello, tal es el ejemplo de Yazmín Yaneli Uc Poot, una joven que se dedica a estas labores.
Explicó que el gusto por este trabajo lo aprendió de su abuelo Ramón Uc Cen y de su padre José Isabel Uc Puc. Desde el amanecer se preparan para ir a atender los apiarios que tienen cerca de la comunidad de Dzonot Carretero, tanto ella como sus hermanas.
Con apenas 27 años de edad ya es toda una apicultora, y lo que antes se consideraba un oficio que sólo desempeñaban los hombres, ahora es también ejecutado por mujeres que además ayudan en las labores de alimentación, cuidado, reproducción y cosecha de la miel de las Apis mellifera.
En la comunidad de Dzonot Carretero, como en otras localidades de esta parte del estado, varias mujeres son apicultoras, ya sea por herencia, o por acompañar a sus esposos y llevando además a sus hijos, ayudando en todas las labores que sean necesarias.
Yazmín Yaneli Uc Poot agregó que, como mujer, conocer este oficio fue de lo mejor, ya que la mujer indígena y de la región sigue siendo elemental en otras tareas como la agrícola, la artesanal y la pecuaria, y tomar parte en la apicultura e involucrar a su núcleo familiar permitirá que estas labores sean transmitidas a través de las generaciones.