De nueva cuenta, usuarios de la terminal aérea manifestaron que en la sala de última espera se encontraba invadida por el mal olor que emana de uno de los restaurantes ubicados en esa zona, particularmente en el primero del sector norte.
De acuerdo con los usuarios en la sala se percibe un fuerte olor de aceite quemado, que luego de unos minutos genera náuseas y dolor de cabeza, por lo que deberían verificar que las campanas o extractores funcionen adecuadamente para evitar este tipo de molestias a las personas que se encuentran cerca y que en ocasiones pasan, por lo menos una hora o más, esperando mientras les indican la hora para abordar el avión y se ven obligadas a soportar el fétido olor de aceite quemado.
No es la primera vez que una situación similar ocurre en la terminal aérea de la capital yucateca; sin embargo, hasta ahora grupo Asur, encargado de la administración del recinto, no ha dado una solución definitiva para evitar que el humo invada los pasillos de la terminal, lo que evidencia no solo una falta de control estricto en la operatividad de los restaurantes, sino deficientes sistemas de ventilación.