“Regreso bien contento, no me esperaba que gran parte de mi familia viniera a recibirme”, dijo sorprendido Noé Antonio Cámara Chel, originario de la comisaría de Xul, del municipio de Oxkutzcab.
El migrante fue recibido por sus padres Antonio Cámara Cámara y Neydi Chel Pérez, tíos, sobrinos y demás familiares, quienes desde temprano llegaron al aeropuerto de Mérida y aguardaron pacientemente durante más de hora y media la llegada de su pariente.
Noé Antonio explicó que emigró a los Estados Unidos de Norteamérica hace siete años, como lo hacen miles de paisanos ingresó de manera ilegal, pero afortunadamente, encontró muchas puertas abiertas y ahora regresa feliz y está de vuelta a su pueblo natal.
Fueron siete años de trabajo en la rama restaurantera, sin embargo, jamás dejó de extrañar los panuchos y la cochinita pibil, platillos yucatecos que no se comparan con la comida rápida que es lo que más se consume en ese país.
Por cierto, comentó que, desde su humilde punto de vista, considera absurdo que el presidente electo de EE UU, Donald Trump, se atreva a expulsar a miles de migrantes que laboran en ese país, ya que a los norteamericanos no les gusta realizar el trabajo que estos desempeñan y prefieren laborar en una oficina o empresas de otros ramos.
Decidió regresar a México, porque ha logrado su objetivo de cruzar la frontera y comprobar que realmente el “sueño americano” no existe, sólo trabajando y llevando un rol de vida tranquilo, sin buscar problemas, puede uno pasarla bien y enviar algo de dinero a sus padres para sacar adelante a la familia; ahora su meta es buscar empleo en el ramo del restaurante donde ya tiene experiencia.