Pacientes del Hospital Psiquiátrico Yucatán reiteraron el mal estado de las instalaciones, la falta de limpieza de los baños y la escasez de medicamentos. Aunque aseguran que la atención es buena por parte del personal médico, consideran necesarias y urgentes las mejoras en la infraestructura para garantizar un servicio de calidad.
El 29 de diciembre pasado se exhibieron ante Larisa Acosta Escalante, senadora del Partido Verde, las condiciones del Hospital Psiquiátrico, quien dijo que el recinto es “un lugar con poca luz, lleno de cucarachas y mosquitos, paredes destruidas, camas sin divisiones, carencia de medicamentos y comida”. La legisladora incluso atinó a decir que en el lugar existe una violación grave a los derechos humanos, y que los pacientes son tratados como animales.
En un recorrido por el hospital se pudo constatar que el lugar carece de mantenimiento. Las paredes se encuentran despintadas y la mayoría del mobiliario luce desgastado. Hay ventanas rotas, incluso los rótulos del hospital son prácticamente imperceptibles.
José Cecilio Camich Galera, quien acude al Hospital Psiquiátrico desde Peto por un tema de depresión, considera que la atención es muy buena, pero el desgaste de las instalaciones es notorio. También dijo que el abastecimiento de medicamentos es la principal traba a la que se enfrenta.
“A veces me piden que venga por mi medicamento, pero cuando llego no lo tienen. Luego me sale más caro venir desde Peto, por lo que mejor opto por comprarlo en la farmacia”, narró José Cecilio, quien es medicado con Sertralina y Complejo B.
Asegura que venir desde la comisaría donde habita suele implicar un gasto que a veces asciende hasta 400 pesos ida y vuelta. Si bien el recinto luce desgastado a todas miras, hay sectores que según los mismos pacientes requieren más atención que otros, por ejemplo, los baños, aseguran que pocas veces hay agua, y que se recurren a bajar al baño con cubetas.
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Esto se pudo comprobar al entrar al sanitario de caballeros. Dos de los baños no tenían agua y uno estaba tapado. El lavamanos estaba sucio y no había papel higiénico, ni jabón líquido, solo un pedazo de jabón de barra.
“Justo ahora voy saliendo del baño y huele muy mal, incluso se estaba saliendo el agua. Y aunque pareciera nada tirar agua no lo considero correcto”, contó Manuel García a POR ESTO!, quien acudió ayer por la mañana a acompañar a un familiar que recibe atención.
Aunque todas las personas a las que se les pregunta por la atención recalcan que es de una calidad más que aceptable, hay quienes afirman que hace falta especialistas en áreas como neurología. Coralia Herrera, que en por lo menos dos ocasiones ha intentado que reciban a su hija dice que no lo ha conseguido.