Encuentran muerto a un adulto mayor dentro de una humilde vivienda, en la calle 69 por 36 y 38 del Centro de la ciudad.
Eduardo Madrigal Polanco fue encontrado muerto dentro de una humilde vivienda que rentaba, marcada con el número 370, en la calle 69 por 36 y 38 del Centro, cuando uno de los seis inquilinos de edad avanzada, quienes comparten la morada, encontró tirado en el piso a su compañero, lejos de su silla de ruedas que el utilizaba para desplazarse, a causa de una enfermedad en las piernas.
Como pudo, una de las mujeres que habita la vivienda salió en búsqueda de un policía estatal para informarle lo que había ocurrido, a pesar de su problema de lenguaje poco entendible.
Una patrulla de la Policía Estatal que daba su rondín de vigilancia por el rumbo observó a la agitada viejecita y la condujo al domicilio; al entrar el uniformado al predio, una casona antigua y despintada, con basura en el pequeño porche, observó al señor Eduardo Madrigal tirado en el suelo y no respondía a sus llamados.
Entonces el uniformado solicitó un paramédico, quien confirmó que el septuagenario ya no tenía signos vitales, por lo que les pidió a los habitantes de la casa que salgan para colocar una cinta amarilla sobre el muro, atravesando la reja.
Los tres habitantes de la vivienda, uno de ellos dedicado a la pepena y dos a la caridad, narraron al oficial y a los elementos de la Policía Estatal de Investigación que el extinto se dedicaba a la venta de sunchos, palanquetas y confitería en la plaza y en el mercado San Benito, pero se les hizo extraño que la reja de la casa se encontrara abierta y que su compañero estuviera tirado en el piso, lejos de su silla de ruedas, pues él no puede caminar.
El Servicio Médico Forense se encargó del levantamiento del cuerpo para la necropsia de ley y esclarecer si se trató de una muerte patológica o un homicidio.
(Melly Manzanero)
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