Un pepenador o indigente, que a simple vista se aprecia que padece de sus facultades mentales, ayer domingo por la mañana se encontraba a las puertas del Hospital Agustín O’Horán y sin motivo alguno insultó y agredió verbalmente a un sujeto, quien se hizo de palabras con el pepenador y de las palabras pasaron a las agresiones físicas.
El indigente portaba un palo, con el que intentó golpear a su rival, pero el individuo, que tenía las manos limpias, evitó la confrontación; sin embargo, en un descuido del agresor y sin perderlo de vista, recogió un palo y enfrentó al indigente.
Parecían niños jugando a los espadazos a la mitad de la calle, pero el que aparentemente estaba en sus cabales le asestó varios golpes en la cabeza a su rival, quien al verse perdido empezó a buscar alguna roca y en su afán por encontrar una piedra para atacar a su contrincante, cruzó varias veces la Avenida Jacinto Canek y poco faltó para que los automóviles atropellaran al indigente, que encontró una piedra de tamaño considerable y arremetió contra los automovilistas, lo que aprovechó el contrincante para retirarse, mientras que el trastornado buscaba con quién pelear e insultaba a quien se cruzaba en su camino.
Pero como nadie respondió a los insultos se retiró habloteando rumbo a la Avenida Itzáes. Si lo reconoce tenga precaución, es un sujeto peligroso.
(Fernando Poó Hurtado)