De la Redacción
Por un asesinato ocurrido en su infancia del cual no fue ni siquiera testigo, fue recluido en el Cereso de Cancún, Angel A. R., hace poco más de un año y quien la noche del pasado domingo perdió la vida a manos de otro preso, de manera extraoficial se dijo que los custodios fueron alertados al inicio de la riña que se estaba llevando al interior de la celda 11, pero no hicieron nada hasta que les gritaron que había “una baja”.
Hace más de 20 años cuando Angel A. R., quien en ese entonces era niño, fue testigo de una riña entre adolescentes, uno de los involucrados se trataba de un joven, quien se decía era su amigo, y al ver tanta agresividad prefirió retirarse del lugar, más tarde ese mismo día se enteró que uno de los jóvenes había perdido la vida a consecuencia de la riña, y que su amigo a quien señalaban como el responsable se encontraba prófugo de la justicia y fue hasta años después que finalmente fue detenido y acusado por el delito de homicidio.
Cuando el presunto homicida se encontraba purgando su condena, el caso fue reabierto ya que estaba por salir del Centro de Reinserción Social (Cereso) de Cancún, donde se encontraba desde hace más de una década por el crimen del que se le acusaba, y en su nueva declaración recordando aquella tarde cuando era un joven, mencionó a su amigo Angel A. R., como testigo del homicidio que a su vez para las autoridades resultaba cómplice, por lo que en el 2017 fue detenido y juzgado por un crimen que no vio y del cual no fue partícipe pues hasta donde él recordaba era una pelea entre adolescentes como cualquier otra que antes ya se había suscitado.
Pero las autoridades “mientras investigaban” si era o no responsable decidieron ingresarlo al penal, donde no sólo Angel pagaba por algo que no había cometido, ya que sus familiares obligados por la mafia al interior de la cárcel, coludida con autoridades, pagaban para que al interior no le hicieran daño, estaban pagando abogados para que demostraran la inocencia y sufrían a distancia lo que él les contaba en los días de visita, porque está “prohibido” que los otros reos los vean llorar frente a sus familias, porque eso es acreedor a una serie de castigos y golpizas, por lo que los mismos hermanos incluso su madre evitaban demostrar cualquier sentimiento en cada tormentosa visita.
Hace unos días les dieron la noticia de que Angel sería liberado, ya que al parecer no se comprobó su participación en el asesinato ocurrido hace más de 20 años, por lo que la numerosa familia y amigos, quienes siempre creyeron en él y su inocencia, y a quien tachaban de ser un hijo, hermano, padre y amigo ejemplar, esperaban por fin ese reencuentro lejos de ese infierno al que fue ingresado por incompetentes autoridades, quienes se facilitan el trabajo deteniendo gente a gastar recursos para llevar a cabo sus diligencias e investigaciones como debe ser.
Lamentablemente el reencuentro no fue como ellos esperaban y el infierno ahora para ellos es una pesadilla, sus hermanos no esperaban volverlo a ver acostado en la plancha fría del Semefo para identificarlo y continuar con los tediosos trámites para poder reclamar el cuerpo, eso no estaba en sus planes, ya que ellos lo iban a esperar afuera de la cárcel donde le llevarían flores, sus hijos, su madre por supuesto y todos los que creyeron en él iban a estar ahí para recibirlo con los brazos abiertos ya que se merecía muchos abrazos, lo llevarían a casa donde comerían juntos, por fin dormiría en su cómoda cama y harían todo lo posible para que olvidara el daño que una mala investigación les había causado.
Pero para “alguien” el saber que sería liberado próximamente resultó incómodo, y la vida de Angel así como la de su familia cambió de un momento a otro, eran aproximadamente las 10 de la noche del pasado domingo, cuando a través de una llamada telefónica, uno de sus familiares recibía la noticia “mataron a Angel o lo dejaron mal herido”, su hermana no dudó en ir al Cereso a buscar información, ella esperaba llegar y encontrar autoridades de los tres niveles de gobierno afuera, pensando de que su hermano había resultado herido al llevarse un motín al interior.
Pero a su llegada todo estaba silencioso, sólo una patrulla de la estatal se encontraba estacionada afuera, en un costado unos vehículos con gente que esperaba a sus familiares salir, y al llegar a la puerta principal, y ver que lloraba al solicitar informes, los policías estatales sólo se limitaban a decirle “tranquilízate no podemos dar informes”, conforme pasaban los minutos y tras confirmarse que era él el que había perdido la vida, la familia continuó llegando, incluso su madre, a quien no sabían como darle la triste noticia, por padecer problemas del corazón.
Finalmente la ambulancia del Semefo salió del Cereso alrededor de la 01:45 de la madrugada, llevando el cuerpo de Angel en su interior; el llanto de los familiares no se hizo esperar y rompió el tenso silencio de la noche, esa no era la salida que habían imaginado para reencontrarse con su familiar. Las caras de impotencia y enojo de los hermanos y amigos sólo era el reflejo de que trataban de hacerse fuertes; para la familia fue una noche muy larga, era el comienzo de su pesadilla, pero el plan de la reunión era el mismo, la cálida cama de Angel ahora era una caja que llevaba sus restos, en su casa la misma gente que esperaba para ese reencuentro alegre ahora lo esperaba cargando flores y encendiendo veladoras en su honor, los abrazos se convirtieron en besos de la mujer que le dio la vida y que a través de un cristal le lloraba y sufría su pérdida, la gente reunida en su última morada sólo hablaba de la buena persona que en vida había sido y la mala suerte que tuvo de ser víctima de un sistema podrido que lo llevó a la cárcel siendo inocente del delito que se le acusaba.
Del homicida no han dicho nada las autoridades, y tampoco cómo van a proceder y si se tomaran más medidas de seguridad, para evitar que los reos tengan un fácil acceso a todo tipo de armas y otros objetos.