YAXKUKUL, Yucatán, 2 de septiembre.- En la calle 16 por 14 se registró el homicidio de una persona, que al parecer fue acuchillada en un predio particular de la colonia “Nopalera”.
La noticia de un homicidio corrió como reguero de pólvora en la población, el fallecido fue identificado como Mario Avila Lara, de 28 años de edad, originario de Tixkokob.
El joven fue asesinado por su suegro de dos arteras puñaladas en el pecho, mientras dormía, en el predio particular de su esposa. El extinto dejó en la orfandad a tres menores de edad.
Según se pudo averiguar, el extinto acudió a su domicilio a llevar la pensión alimenticia de sus hijas, por lo que se quedó a dormir en el predio de su esposa, cuando de pronto el suegro se presentó con un cuchillo y sin pensarlo le dio dos o tres apuñalada en el pecho, lo que ocasionó que muriera desangrado en el lugar.
Al lugar acudieron agentes oficiales para el levantamiento del cadáver, el Semefo, Policía Judicial, Criminalística y Policía Estatal, quienes acordonaron al área en donde ocurrió el crimen para llevar a cabo las investigaciones correspondientes.
El cuerpo fue trasladado a la morgue por personal del Servicio Médico Forense para la necropsia de ley.
Posteriormente, agentes de la Policía Municipal detuvieron al homicida del cobarde crimen, Benjamín Cimé Poot, de 57 años de edad.
El detenido propinó unas puñaladas a su yerno, Mario Avila Lara, de 28 años de edad, quien dormía cuando fue atacado.
Según se sabe, Avila Lara estaba separado de su esposa hace un tiempo y sólo acudía a llevar el dinero de manutención de sus tres hijos menores de edad que vivían con la madre en el mismo domicilio.
Sin embargo, el yerno y el suegro constantemente tenían problemas fuertes, a tal grado de liarse a golpes frente a su esposa e hijos.
Para evitar el problema, el yerno determinó separarse por un tiempo de su familia, sin descuidar la manutención de los pequeños.
La noche del domingo acudió Avila Lara al domicilio de su esposa, donde también vive el suegro. Decidió quedarse a dormir sin pensar que sería asesinado de manera cobarde.
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(Francisco Martín)