Luego de nueve meses de internamiento en el Hospital Psiquiátrico de Yucatán, el presunto parricida de Hoctún, identificado como M. A. C. H., fue presentado ante el juez de control para que responda por el crimen de su padre y el intento de homicidio de su madre, hecho registrado en febrero pasado.
Durante la audiencia, el presunto homicida recibió apoyo psicológico de psiquiatras y en varias ocasiones la juez de control de Kanasín le preguntó si comprendía con claridad las acusaciones en su contra. El acusado indicó que sí comprendía los alcances; asimismo, el nosocomio extendió un certificado en el que avala el estado mental del acusado.
Tras la valoración de los hechos, entre ellos el testimonio de la madre, quien sobrevivió al ataque, la juez de control decretó su vinculación a proceso judicial.
Se confirmó como medida cautelar el internamiento en el Hospital Psiquiátrico para continuar con su tratamiento psiquiátrico, mismo que se mantendrá vigente por todo el tiempo que dure el proceso.
De acuerdo con los datos, los hechos se registraron el pasado 18 de febrero en Hoctún, cuando el acusado en horas de la madrugada atacó a golpes a su padre causándole la muerte por traumatismo craneoencefálico, asimismo a su madre la hirió con un machete.
Tras perpetrar el ataque huyó y se internó en el monte, por lo cual luego de un operativo de búsqueda se le detuvo y puso a disposición de las autoridades ministeriales.
Durante la audiencia de imputación la juez notó un comportamiento anormal en el acusado, por lo cual luego de imputarlo determinó como medida cautelar su ingreso al Psiquiátrico en lugar del Cereso y la audiencia de vinculación se realizaría hasta que su estado mental esté acorde para comprender los alcances de la acusación.
De acuerdo con la valoración el inculpado desde hace varios años padece esquizofrenia, enfermedad que no estaba bajo control, lo que habría ocasionado alucinaciones y delirio de persecución.
En caso de ser encontrado culpable de los delitos que se le acusan podría recibir una condena de hasta 40 años de prisión.
Por David Chan Caamal