Solas, encerradas y sin visitas viven la epidemia de Covid-19 las internas del Cereso femenil.
“El estar encerrada no es algo bonito ni es para enorgullecerse, es un precio alto que cada interna tiene que pagar por haber cometido un delito; es triste y es doloroso”, manifestó una celadora del Centro de Reinserción Social Femenil de Yucatán.
Si su vida es triste, ahora lo es más al no tener programas de capacitación ni visitas; muchas de ellas se refugian en la lectura para no pensar en la situación que transcurre fuera de los muros de la prisión.
Cada una de las 16 internas tiene una historia complicada que las llevó a estar separadas físicamente de sus seres queridos. Un ejemplo: María, bajo los influjos del alcohol y otra droga, fue a buscarle pleito a otra mujer que, según ella, era su “rival de amores”. Después de propinarle a su víctima varios cortes en los brazos y en el abdomen, “Mari” fue detenida, juzgada y sentenciada a más de 10 años de prisión.
“Los primeros días son los más complicados, muchas adoptan una actitud de incredulidad y soberbia”, manifestó la celadora.
Posteriormente, les comienza a caer el “veinte” y es cuando las celadoras tienen que estar más al pendiente de ellas porque se deprimen, no comen, lloran todo el día e incluso atentan contra su propia vida.
Con el paso del tiempo comienzan a participar en las actividades de esparcimiento, como el baile de zumba, o en actividades manuales, como lo son el urdido de hamaca o artesanías.
“Las internas en su mayoría se portan bien porque saben que los fines de semana hay visitas familiares y eso las motiva en su conducta”, manifestó.
Ahora, con la pandemia, la dirección el Cereso femenil decidió cancelar todas las actividades, incluidas las visitas de familiares y de personal de trabajo social, talleristas y de grupos religiosos.
“De tener varias actividades lúdicas, recreativas y motivacionales, ahora sólo tienen disponibles los libros de la biblioteca y la proyección de una película diaria”, indicó nuestra entrevistada.
Manifestó que se les ha estado comunicando la situación del Covid-19 y todas ellas están conscientes de los riesgos de contagio dentro y fuera de la prisión.
Hasta el momento el Cereso femenil no tiene ningún caso de Coronavirus, pero si se llegara a presentar, hay un médico para detectar los síntomas y canalizar debidamente a la paciente.
(Melly Manzanero)