Agentes procesales son enviados a sus casas
Alarma en las instalaciones del Centro de Justicia Oral de Mérida y del Centro de Reinserción Social del Estado al detectarse un caso positivo de COVID-19 en un agente de la Policía Procesal de la Secretaría de Seguridad Pública, quienes son los encargados de vigilar el orden en las audiencias de control, del traslado de los presos y otras funciones de vigilancia.
Según trascendió en días pasados un agente comenzó a sentir síntomas del coronavirus y de acuerdo con los informes obtenidos salió positivo. Al ser informado del caso sus superiores lo reportaron ante los jefes, que tomaron las medidas de ponerlo en cuarentena, así como a todos los de su grupo, ya que se dividen en turnos.
Sin embargo, se dijo que los jefes tomaron la decisión de enviar también a los del otro grupo a sus casas a guardar cuarentena. Se informó al Cereso del caso, ya que al parecer el oficial tuvo contacto con una persona que fue detenida la semana pasada y fue puesto a disposición del Juzgado Primero de Control, donde se le formularon cargos y se le impuso como medida cautelar la prisión preventiva.
Al informarse del caso al departamento jurídico del penal de inmediato se aisló al preso en un área especial, así como a todos los internos con los que tuvo contacto para evitar el resurgimiento del virus en las instalaciones penitenciarias, donde se dijo que desde hace mes y medio que están limpios del coronavirus con las acciones emprendidas por las autoridades del reclusorio y de la Secretaría de Salud.
Ante la situación se generó alarma entre el personal, toda vez que se han reactivado acciones por acuerdo de los magistrados y consejeros, por lo que se torna necesario que se saniticen las instalaciones y se dote a la gente de los medios para cuidar de su salud.
Por otro lado, personal del Poder Judicial está molesto por la decisión de los consejeros de eliminar el retiro anticipado argumentando falta de presupuesto, por lo que los funcionarios ya no tendrán la oportunidad de ese beneficio.
Por ejemplo, si alguno de ellos tenía 28 años y medio o 29 años de servicio, lo solicitaba, le daban la salida y sólo pedía su pensión ante el ISSSTEY y se le pagaba el sueldo ese año sin tener que acudir a su centro de trabajo.
(Armando Gamboa Romero)