Familiares del joven que fue hallado muerto la noche del sábado en una celda de Tekal de Venegas acusaron de negligencia al Ayuntamiento y a la Policía Municipal por el fallecimiento.
Entrevistados en su humilde vivienda en la exhacienda San Isidro, aseguraron si hubiera vigilancia o cámaras de seguridad en la cárcel Chucho, como lo conocían de cariño, estuviera aún con vida.
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Indicaron que por desgracia no tienen pruebas y no pueden acusar de nada al Ayuntamiento. “Nada más nos queda la justicia de Dios”, expresó Faustino M., padre del ahora occiso, quien poco a poco va perdiendo la vista a consecuencia de las cataratas.
La madre del joven, María Isabel, dijo que es verdad que a su hijo le gustaba tomar y se drogaba, sin embargo, estaba buscando un centro de rehabilitación para que lo ayuden a salir de esos vicios.
“Ese día fui a pedir ayuda al alcalde para internarlo en un centro de ayuda, sin saber que mi hijo ese mismo día ya no estaría con vida”. La mujer relató que el sábado alrededor de las 4 de la tarde, Jesús enloqueció, al grado de que rompió unos tragaluces y tiró las cosas de su casa, por ello pidió ayuda a la Policía.
Los progenitores pensaron que, como en otras ocasiones en los cuales se lo habían llevado detenido, al día siguiente iba a salir de la cárcel molesto, pero tranquilo.
Manuel Jesús, hermano del ahora fallecido, aseguró que tras la amenaza de que se quería suicidar, les dijo a los policías que le quitaran la ropa, como en otras ocasiones habían hecho, pero los agentes le contestaron que no era posible porque ese día había mucho frío. Finalmente el joven se ahorcó con su camisa.
En un momento de la entrevista, la mujer no pudo contener las lágrimas e indicó que su hijo era bueno, solo que el alcohol y luego las drogas lo perdieron.
Sin embargo, la mujer aseguró que su hijo estuviera con vida si la Policía hubiera hecho su trabajo que es vigilar y no perder el tiempo jugando su celular. “Ellos, en alusión a los policías, cuando detienen a una persona lo encierran y lo dejan sin vigilancia”.
“Ojalá que lo que ocurrió con mi hijo pueda llegar a los oídos del Gobernador para que no vuelva a ocurrir una situación como ésta, duele mucho”, manifestó la madre del fallecido.
El cuerpo fue sepultado el lunes por la mañana, dos días después de que ocurriera la muerte del quinto hijo del matrimonio, laboraba como albañil, no tenía hijos; de adolescente le gustaba jugar futbol, pero poco a poco se alejó del deporte y los fines de semana por lo general tomaba.
Los esposos recalcaron que no pueden acusar a nadie de la muerte de su hijo, sin embargo, la justicia divina existe. “Estamos seguros de que si lo hubieran vigilado estaría con vida”.
Señalaron que los gastos funerarios corrieron a cargo del Ayuntamiento. Añadieron que esperan la visita de la Comisión de Derechos Humanos del Estadode Yucatán para externar las anomalías que ocurren en la cárcel municipal. “Se les necesita capacitar”, aseguraron, en referencia a los policías.