Encontraron muerto al señor Enrique “N”, vecino de la calle 39 entre 50 y 52 del Centro de Mérida, vivía solo y su único defecto era su adicción al alcohol, que ingería frecuentemente y de forma desmedida, un médico particular expidió el certificado de defunción y se dispenso la necropsia.
Según testimonios recogidos en el lugar del hecho, el difunto era muy tranquilo y amable, no tenía problemas con nadie y ayudaba a los vecinos cada vez que podía, decían que era caritativo, su único defecto era que consumía aguardiente del más barato y descuidó su alimentación, bajó de peso, se le secó la piel y parecía que la tenía pegada a los huesos.
Por la mañana, un familiar fue a visitarlo y lo encontró tirado en el piso, muerto y dieron aviso a las autoridades.
El oficial Ricardo Cortés, reprobable de la patrulla 6203 de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), asignado al Sector Centro, acordonó el predio con una cinta amarilla y con apoyo de los tripulantes de la unidad 6249 cerraron la calle a la circulación vehicular.
Los peritos de Criminalística y Servicios Periciales del Instituto de Ciencias Forenses de la Fiscalía General del Estado, verificaron que el cuerpo no tenía heridas o lesiones visibles y que el mobiliario estaba en orden sin signos de lucha, un médico legista revisó el cuerpo y un médico particular expidió el certificado de defunción y se dispensó la necropsia.
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LAF