Un septuagenario fue salvajemente golpeado por un sujeto que bajo los efectos de alguna sustancia se aproximó al abuelito en el centro de Progreso para causarle heridas de cuidado y que ameritaron una intervención policiaca y de paramédicos a fin de salvarle la vida.
Con base en el relato de varios amigos de Luis Eduardo Aldana Escalante de 78 años de edad, este se encontraba a las dos de la tarde de este miércoles circulando a bordo de su silla de ruedas en la calle 80 por 23 y 21 de la colonia centro cuando detrás de él vio a Cesar “N” (a) “el loco”, partiendo un trozo de madera; sin embargo, el adulto mayor avanzó esquivando al sujeto solamente para hacer que este enfurezca.
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Sin necesidad de ello, comenzó a reclamar “el loco” por la acción de Aldana Escalante, gritándole en medio de la calle para luego estrellarle en múltiples ocasiones uno de los pedazos de madera. Los golpes iban y venían en todo el cuerpo del anciano que solo intentaba esquivar los impactos y gritar por auxilio.
Entre el forcejeo, incluso se rompió el trozo de madera con el que estaban agrediendo al hombre, por lo que ante la euforia del atacante, este procedió a clavarle la madera en la parte posterior de la cabeza a su víctima, siendo inevitable que apareciera la sangre en todo el rostro de este.
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Fueron comerciantes del mercado y sus allegados, que decidieron empezar a correr para buscar ayuda sin acercarse a la zona de trifulca pues “el loco” pegaba al abuelito con energía desmedida y su rabia parecía incontrolable según relató Pedro Cimé, sexagenario y conocido del agraviado.
Las patrullas de dependencia como la SSP y la DSPT no tardaron en hacerse presentes, huyendo el atacante a gran velocidad, tomando camino por medio del interior del mercado y luego atravesando la calle 27 hasta llegar al cruzamiento con la calle 76, donde fue interceptado por uniformados que lo esposaron y condujeron a la cárcel pública.
Mientras tanto, el lesionado fue dirigido bajo un árbol ubicado a las afueras de la tienda “mundo marino” donde fue curado de sus heridas y recibió un chequeo por parte de paramédicos de la policía estatal. Resaltó que a pesar de las condiciones en las que se encontraba, el abuelito optó por no recibir su traslado al hospital y declaró que tenía rencillas verbales pasadas con su agresor que desataron varias tardes tomando alcohol en la vía pública.
Uno de sus hijos dejó sus labores en la dependencia Prolimpia para llegar hasta Cesar Aldana Escalante y hacerse cargo de la situación, retirándose los uniformados en medio de un gentío de turistas y comerciantes que fueron testigos del hecho.
Resultó más sorpresivo saber que el hombre de 78 años dijo ser militar retirado, solía tener cargo en la décimo tercera zona naval como tercer maestre y haber recorrido gran parte de Latinoamérica. Actualmente, tiene reconocidos a 22 hijos, el mayor fue precisamente quien acudió en busca de él al lugar de la agresión y tuvo apenas su reencuentro con su consanguíneo hace once años luego de tener a su primogénito en el abandono.
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CC