El tercer incendio del año de altas magnitudes se presentó en este martes por la noche en un terreno baldío de la colonia “Canul Reyes” del puerto, originando pánico en el conjunto vecinal de la zona debido a que la humareda alcanzó un tamaño tan descomunal que el conato podía visualizarse desde la entrada al municipio.
Fue alrededor de las siete de la noche cuando los pobladores de la calle 92 por 35 y 37 en Progreso comenzaron a sentir el olor a quemado, sin embargo las dudas se acrecentaban debido a que ningún hogar tenía problemas con la lumbre en su interior o zonas exteriores.
Para sorpresa de todos, el fuego había comenzado a propagarse en un terreno baldío propiedad de un conocido vecino dedicado a la compra-venta de chatarra en varios puntos del municipio y donde por la tarde fueron vistos algunos sujetos laborando en el lugar con artefactos pesados de metal.
Fue precisamente tras la salida de los hombres que al parecer quedaron chispas luego de ejercer soldadura aun entre áreas verdes que rodean al sitio, por lo que se especificó que esta pudo ser la causa del incendio que empezó con humo inofensivo y terminó con flamas que alcanzaron los dos metros de alto.
Fue entre los mismos habitantes que se comenzaron a emitir alertas de casa en casa para desalojar los predios antes de que llegaran las autoridades, pues el humo ya había comenzado a provocar sofocaciones en una menor de seis años y dos mujeres adultas, aunque estas no requirieron primeros auxilios de paramédicos de la Cruz Roja.
Tal como se esperaba, se desató un operativo donde se cerró la calle por parte de la dirección de seguridad pública y tránsito a fin de otorgar facilidades al escuadrón de la unidad de rescate y auxilio de bomberos de la SSP, quienes necesitaron de veinte minutos para apagar la lumbre.
Al sofocar el fuego, se procedió a una serie de verificaciones por parte de la policía ecológica, el área de protección civil y la DSPT para descartar peligro. Parte de lo que especificaron algunos de los vecinos quejosos es que el lugar debe ser clausurado, pues hasta hace algunas semanas no se ejercía actividad alguna.
Luego de la intervención, el lugar quedó hecho ruinas, con aparatos y chatarra calcinada por el fuego. Resultando intransitable y peligroso circular en el sitio para los agentes en turno debido a que el espacio carecía de alumbrado dentro de sus interiores.
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AA