Desde la noche del lunes, habitantes de los fraccionamientos Villas de San José y Santa Ana, han padecido por el desbordamiento de aguas negras que emana de las alcantarillas, al respecto, Espartaco Acevedo Coronado, director de Obras Públicas declaró que no pueden ayudarlos a limpiar las coladeras porque la maquinaria está descompuesta.
“Desafortunadamente dependemos de un equipo que se llama Vactor, es un camión bomba, tiene una manguera especial que se mete en las cañerías para soldarlas y destupirlas, el problema del equipo es que está maltratado, funciona dos días y está en descanso dos semanas, por las condiciones del equipo”, informó.
Dijo que si el equipo quedaba listo podrían atender el problema, pero están trabajando contra el equipo, se justificó diciendo que la maquinaria sólo funciona dos días, y luego se le rompen otras cosas, y se queda parada, además, están a la espera de que les llegue uno nuevo.
Residuos grasos
“El problema es que llega mucha grasa a las tuberías que llevan las aguas negras al cárcamo de San José, y cada casa produce cierta cantidad de grasa, y eso se va, funciona como la arteriosclerosis, se va acumulando en las venas la grasa, así sucede en las cañerías, y llega un momento en que el agua no puede pasar, y para eso ocupamos el Vactor, limpiar las tuberías y dejarlas funcionando”, subrayó.
Explicó que los volúmenes de grasa son muchos, y ocurre con mucha frecuencia, pero cuando hacen las limpiezas no se nota, hasta que dejan de limpiar y se desbordan las alcantarillas.
“Hay muchas viviendas conectadas al sistema, el volumen de grasa crece rápidamente, hay más grasa que agua, eso hace que tupa, y estamos revisando con el director del Smapac algunas posibles soluciones, como poner trampas de grasa en las viviendas o cambiar los diámetros de las tuberías”, sostuvo.
Propuestas
Acevedo Coronado dijo que continúan ponderando la solución menos onerosa para el Ayuntamiento y los habitantes, y ya habían limpiado la tubería que desfoga y atendieron los cárcamos, pero mientras no se tenga una solución definitiva, el desbordamiento se seguirá dando.
“Estamos valorando, porque si se cambian las tuberías, son calles de concreto la mayoría de ellas, hay que romper, instalar, y si se ponen las trampas de grasa, cada unidad es cara por sí sola, y estamos ponderando la opción más factible”, concluyó.
Aún no han tenido acercamiento con los afectados, desde hace tres semanas, pero mientras la maquinaría no sirva, no pueden atender el problema con la periodicidad que lo requiere.
(Texto: Dayana Alcalá /
Fotos: Carlos Valdemar)