CAMPECHE, Cam., 16 de julio.- Campeche se encuentra entre los estados con mayor tasa de deforestación del país, sin embargo, en el caso de Hopelchén, municipio donde prácticamente no existe reserva ecológica, el peor daño se hizo durante los últimos dos sexenios y está vinculado con la adopción de monocultivos como la soya y el sorgo, acusó el representante del Frente Independiente “Emiliano Zapata”, Luis Antonio Che Cu.
Para el dirigente campesino, ya no existe forma de reparar el daño ecológico causado al macizo forestal y que la propia autoridad fue cómplice de esta situación, ya que autorizó cambios de uso de suelo y fue excesivamente tolerante con los grandes productores agrícolas que se asentaron hace alrededor de 30 años en la Península de Yucatán.
“Es increíble, pero tanto Campeche, Yucatán y Quintana Roo enfrentan el grave problema de la deforestación. Prácticamente ya no hay selva en la península, salvo las superficies que están protegidas por decreto, aunque éstas también están amenazadas por los taladores y cazadores furtivos.
“La deforestación es un problema que no se dio de la noche a la mañana; pues un fenómeno que avanzó en forma gradual y aunque se ha agravado en los últimos años, también es una realidad que desde hace más de 20 años varios organismos internacionales.
“El daño se registró en forma gradual, principalmente por la siembra de soya y sorgo, que son cultivos no tradicionales en Campeche, en donde curiosamente también se ha incrementado el problema del acaparamiento de tierras por parte de empresas y neolatifundistas.
“Hay muchísimos terrenos ociosos en donde se puede sembrar, pero éstos tienen dueño y por lo tanto se han tenido que tumbar miles y miles de hectáreas de selva alta y baja para la siembra de soya, cultivo que no deja nada o muy pocos beneficios al estado”, declaró el entrevistado.
Agregó que lo más grave es que a los campesinos locales se les dice que prácticamente todo el Estado está sujeto a planes de manejo forestal y se le impide que aproveche áreas consideradas como acahuales, pero se hacen de la vista gorda con aquellos ganaderos y productores de soya transgénica que tumban enormes extensiones de selva virgen para incrementar sus superficies de cultivo.
“No hay programas en donde se tome en cuenta la participación de los campesinos poseedores del recurso. Los mayas que habitamos en esta región conocemos las consecuencias de sobreexplotar el ecosistema, pues no fueron las guerras ni la colonización europea lo que acabó con esta civilización, sino las grandes sequías.
“Pero el hombre es el único animal que procura el desequilibro de su propio entorno. Las consecuencias que estamos viviendo fueron vaticinadas en los años sesenta, cuando el país y en particular Campeche contaba con enormes extensiones de selvas.
“En este preciso momento se están talando árboles en las reservas forestales y se están cazando animales silvestres, todo ello con el conocimiento de instituciones como la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en donde podría decirse que están los peores taladores o delincuentes ambientales.
“El Gobierno de la Cuarta Transformación debe actuar en forma inmediata para rescatar lo poco que nos queda de patrimonio ecológico, pero no solamente se deben adoptar medidas represivas o coercitivas, que están encaminadas a perjudicar a los dueños tradicionales de la selva, sino que se debe incluir a éstos en la preservación de su patrimonio ecológico”, puntualizó el líder campesino.
Agregó que según la propia Semarnat Campeche ocupa uno de los lugares más altos de deforestación a nivel nacional, con una tasa de deforestación promedio anual de 29 mil hectáreas.
Agregó que esa misma institución reconoce que la primera causa de pérdida anual de miles de hectáreas de selva es la mecanización de tierras para la agricultura y la conversión de tierras forestales para la ganadería.
Subrayó que en Campeche existen más de 2 millones de hectáreas protegidas distribuidas en cinco reservas naturales, tres de ellas federales y dos estatales, pero éstas también están siendo taladas, pues no existe ningún organismo del Gobierno Federal que combata la tala y la caza furtiva.
Campeche está ya muy cerca de perder ese privilegiado nivel que tenía como una de las regiones con mayor riqueza o patrimonio biológico, debido a la pérdida de sus ecosistemas forestales, pero el caso únicamente se trata en foros y en los medios de comunicación, pero la autoridad no actúa, agregó el dirigente campesino.
“Muchas especies de flora y fauna se encuentran en peligro de desaparecer por la pérdida de la selva, pero inexplicablemente continuamos deforestando y dañando el ecosistema.
“Se está criticando al Tren Maya, porque seguramente uno de sus efectos inmediatos será la modificación del entorno ecológico. En ese aspecto tienen razón los ecologistas y actuales críticos del nuevo gobierno, que curiosamente fueron los mismos que no evitaron que se degradara Laguna de Términos y que no han hecho nada para frenar la salvaje deforestación en Calakmul y en la frontera con Guatemala”, acusó el dirigente campesino.
De acuerdo con el Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cada año se pierden 500 mil hectáreas de bosques y selvas en todo el país.
México ha perdido el 90% de sus selvas y bosques tropicales -que cubrían un cuarto de la superficie del país- en las últimas cuatro décadas, según un estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Cada año desaparecen unas 650 mil hectáreas, estimó el Instituto de Biología de la UNAM, institución que considera que la situación es “alarmante”, razón por la que se ha urgido al Gobierno Federal a adoptar medidas que permitan conservar los bosques y frenar su destrucción.
La UNAM considera que las principales causas de la pérdida de la selva tropical mexicana son la deforestación y el asentamiento de actividades productivas en zonas que en antaño eran casi inexploradas. A ello agregó las invasiones territoriales y los frecuentes problemas agrarios en las zonas colindantes.
Las selvas tropicales mexicanas son representaciones nacionales de los ecosistemas terrestres más diversos que existen en el planeta. Estos ecosistemas alojan del 60-80% de las especies de plantas y animales conocidas hasta el momento. Sin embargo, están desapareciendo a una velocidad alarmante como resultado de las actividades humanas.
(POR ESTO! / Campeche)