Con poco más de 20 años de vender tamales en su hogar y en las puertas de conocido centro comercial, María Norma Antonio Morales, informó que las ventas descendieron hasta en un 50 por ciento en comparación del mes de marzo cuando empezó el COVID-19, por lo que sufre pérdidas económicas.
De sus ventas, indicó que en estas fechas compra entre cinco y seis pollos por día, de los cuales, se elaboran 30 tamales colados, 30 pibipollos y 50 tamales torteados, para ello, inicia su laboral a partir de las cuatro de la mañana, con el trabajo de cocimiento del maíz, luego el molido y posteriormente colarlo, para luego hacer la masa colada en la candela, y así comenzar a elaborar los productos.
Recordó que hace poco más de dos décadas trabajó en una empresa petrolera, donde ejercía las funciones de cocinera; sin embargo, fue luego de un tiempo en que dejó de trabajar, y es como comenzó en su hogar el comercio de tamales.
De esa manera es como apoya a su esposo, quien está en busca de un empleo.
Para elaborar los tamales, señaló, se necesita dedicación y amor al trabajo. Además, quienes trabajan con ella, cumplen con las normas sanitarias que piden las autoridades de la Secretaría de Salud, como es utilizar su cubre cabello, cubre bocas, lavado de manos, ponerse el gel antibacterial.
En el caso de quien se encarga de cobrar el producto tiene una bandeja con agua de cloro para lavar el dinero y desinfectarlo.
Con información de José Pacheco