Debido a los prolongados aguaceros se atrasó el entierro de los pibipollos en la ciudad; fue hasta tres horas después cuando lograron sacarlo en casa de Gabriela de los Angeles Caamal Perera y Carlos Manuel Rea Cob, quienes lucharon para cocinar.
Dificultades
Aseguraron que las lluvias evitaron que la leña se encendiera, pues cada media hora se dejaba caer el aguacero y los terrenos se anegaban.
Desde las 08:00 horas ya molían su nixtamal para después preparar los ingredientes de pollo y puerco que compraron en el mercado municipal, pero no esperaban que los aguaceros fueran tan frecuentes y muchas de las familias no pudieron hacer lo mismo.
La familia dijo que acostumbran realizar sus rosarios después del mediodía, “pero el dios Chac no permitía realizar lo que hacemos los católicos de la Península para esperar a nuestros difuntos”.
Ritual
“Para nosotros el pibipollo es un ritual que une a la familia en torno al amor y el recuerdo de los seres queridos; cada paso del proceso recuerda que venimos de la tierra y hacia la tierra vamos”, expresó Caamal Perera.
“No somos los únicos que nos atrasamos, también cocineros de Santa Cruz, Pomuch, Cumpich, Dzitnup, entre otros; en Pocboc no hay problema porque ellos lo hacen en la noche”, finalizó.
Por Jorge Caamal