Durante la temporada de anidación de tortugas marinas en los meses de abril a octubre, la actividad humana fue causante de la destrucción de zonas de anidaciones de los reptiles, ya que tan solo en el kilómetro 28 al 31, de la carretera Carmen-Puerto Real, donde se lleva a cabo las construcciones de viviendas y palapas acabaron con dunas costeras y tres nidos de quelonios con un aproximado de 200 huevos, dijo Lorena Álvarez Estrada, presidenta de Vigilantes Comunitarios de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
Manifestó que en esa zona se presume la venta de lotes de terrenos federales y los presuntos propietarios se dedicaron a construir viviendas y palapas, por lo cual devastaron dunas costeras que sirven de protección, así como sitios para anidación de tortugas Carey.
Las personas que aseguran ser propietarias de los lotes federales no les importó acabar con el sitio de anidación de las especies marinas antes citadas, pues durante los recorridos que se efectuaron en el mes de junio por esa área se logró detectar 10 nidos de quelonios, sin embargo, tres habían sido destruidos por la mano del hombre.
Explicó que el 17 de junio se dio el caso de una tortuga Carey que apareció muerta en la carretera y la causa de ello, fue por desorientación, el reptil hembra luego de desovar, perdió su dirección al no encontrar las dunas de arena y subió en los montículos de piedra lo que provocó que cayera al asfalto con las patas arriba y al no poder levantarse pereció.
“Es lamentable lo que el hombre hace con la naturaleza y más cuando es permitido por las propias autoridades tanto federal como municipal, porque esas áreas no deben ser privadas y menos acabar con las dunas costeras que sirven de protección ante cualquier fenómeno natural”, añadió.
Agregó que de continuar con la privatización de zonas de playa, la devastación de las dunas costeras y pérdidas de zonas de anidación de tortugas marinas, en la próxima temporada seguramente descenderá el porcentaje de quelonios que lleguen a desovar.
“Es importante que el ser humano haga conciencia y no acabe con el medio ambiente y sus especies, y cuando las familias acudan a las playas respeten las áreas de anidaciones para no afectar el hábitat de anidación, ya que las tortugas marinas son consideradas especies en peligro de extinción”, señaló.