SEYBAPLAYA, Champotón, Campeche.- El tráfico de especies de animales en peligro de extinción con el confinamiento domiciliar se ha convertido en un negocio que deja buenos dividendos a las células que trafican con una gran variedad de animales desde puercos de montes, pavos reales, cotorros, guacamayos, armadillos y quetzales que traen desde las regiones de Calakmul y de la zona del petén de Guatemala que colinda con el municipio de Candelaria, quienes los ofertan de forma clandestina obtienen miles de pesos en su comercialización.
Denunció estos hechos, el ambientalista José Emanuel Rodríguez Ramos, que ante el confinamiento las familias adineradas, han incrementado sus colecciones de animales y zoológicos particulares con la adquisición de nuevos ejemplares que permitan la recreación en sus lujosas residencias, ante la simulación y complicidad de las autoridades policiacas que solapan la venta ilegal de especies en peligro de extinción por la cual no se extienden permisos, algunos debido a que violan las normas ambientales del manejo de estos ejemplares que se encuentran impactados por la mano del hombre.
Aunque quienes adquieren estos ejemplares tienen conocimiento en que incurren en un delito grave por el cual la misma autoridad podría fincarles una responsabilidad, pero al ser para familias del poder, no les cuestionan que ostenten animales en sus residencias que son el atractivo y diversión de sus encuentros sociales que realizan en la clandestinidad al no estar permitidos en estos momentos debido a la pandemia que se vive en la entidad, en donde diariamente se registran altas cifras de contagios, advirtió Rodríguez Ramos.
“Es impresionante la cantidad de animales que se comercializan en estos momentos y que están siendo acaparados por familias a dineradas o ciudadanos que tienen poder económico ante la simulación de las mismas autoridades evocadas a la protección de los recursos naturales que prefieren simular que desarticular estas células que operan desde la clandestinidad y hacen uso de las redes sociales para su comercialización sin sr sujetos por la policía cibernética”.
Por José Valencia