Unas 10 mil cabezas de ganado en la Península de Atasta estuvieron en riesgo de morir en las pasadas inundaciones ocasionadas por las crecientes e intensas lluvias de los frentes fríos, ya que la pastura quedó bajo el agua; a consecuencia de ello, las reses enflaquecieron y bajaron de precio comercial, señaló el presidente de la Asociación Ganadera Local de Carmen, Santiago Rueda Heredia.
Indicó que algunos potreros de la micro-región continúan bajo el agua, como Atasta Pueblo y la Rivera de San Francisco, por ello, hay crisis alimentaria por el pasto para el ganado y los potreros que se encuentran en sitios altos, los alquilan para que los animales puedan pastar, sin embargo, el forraje es insuficiente, ya que la hierba que normalmente tarde en crecer en 30 días, ahora lo hace en 90, por el frío y porque se ahogaron con las crecientes.
Manifestó que, ante esta situación algunos ganaderos de la Península optan por vender la res porque carecen de alimento, ya que el animal ha bajado de peso, por lo tanto, desciende el precio. “Actualmente el kilo de becerro destetado se encuentra a 40 pesos y la becerra en 35, y al parecer en el centro de país no compran el animal porque subió el costo del maíz a nivel nacional, por ello, no llevan los becerros para engordar, sino que el comercio se realiza a nivel estado y en una cantidad mínima”, agregó.
Dijo que hasta el momento los ganaderos de la micro-región solo recibieron apoyo el año pasado y del gobierno estatal con pacas de pasto de silo de maíz, cuyo subsidio fue de un peso por cada kilo, por ejemplo, el productor solo tenía que pagar 1.80 pesos por kilogramo de silo, ya que valor real era de 2.80 pesos.
“Los ganaderos de Atasta Pueblo, fueron los únicos que agarraron el apoyo de 60 toneladas de silo, porque los restantes de la zona de la Península de Atasta y Carmen, no quisieron, se les hizo caro por el flete que tenían que pagar”, manifestó.
Mencionó que en cuanto apoyos del gobierno federal los ganaderos de la región del Carmen, no tienen, pero si se requiere que las autoridades de la federación y estatal brinden los apoyos a los ganaderos, sin que les afecte demasiado a los productores, porque el flete para transportar el alimento a la Península, resulta caro y las autoridades deben tomar en cuenta esta situación.