Un ejemplar de manatí fue rescatado tras quedar atrapado en una de las excavaciones o zanjas hechas a un lado de la carretera, cerca de una alcantarilla, ubicada a la altura del rancho de Santa Elena, donde fue divisado durante recorridos de guardaparques comunitarios.
Se trataba de un joven macho que midió un metro 68 centímetros y con un peso aproximado entre 180 y 200 kilogramos, el cual fue liberado por personal del Área de Protección de Flora y Fauna Laguna de Términos administrados por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), en coordinación con autoridades locales.
De acuerdo con la información dada a conocer por el responsable de Conanp en el municipio, José Guadalupe Carballo Reyes, los trabajos para salvar a la “vaca marina” fueron encabezados por el director del Área Natural Protegida Laguna de Términos, José Hernández Nava, y apoyados por el área de Ecología del gobierno municipal.
Tras el salvamento, fue trasladado hacia aguas del río Usumacinta, donde finalmente se le liberó en su hábitat natural.
Cabe destacar que el agujero donde quedó atrapado el ejemplar de “sirena”, fue producido durante la última creciente, ya que de ese lugar se extrajo arena para reparar los bordos de contención hacia el río Usumacinta.
José Hernández señaló que el ejemplar pertenece a las especies en peligro de extinción y está protegido oficialmente por la NOM-059-SEMARNAT-2010.
El funcionario explicó que el manatí habría sido arrastrado por la fuerte corriente del río durante la reciente inundación, cuando se rompió el bordo a la altura del rancho Santa Elena, ubicado a un costado de la carretera Palizada-Santa Adelaida y junto al río Usumacinta.
Mencionó que se había visto en un primer recorrido a dos animales en esta misma zona, pero cuando se realizó el rescate, a pesar que recorrieron de nuevo todo el escurrimiento, no se pudo ubicar a ninguno otro, por lo que señaló que pudo haber sido cazado por alguien antes de que ellos intervinieran.
Comentó que estos animales son susceptibles a las inundaciones y se desubican, por lo que fácilmente mueren sin la intervención humana, sobre todo en las condiciones de este rescate, ya que el agua de la zanja se seca.
Finalmente, Hernández Nava recordó que, en el 2011, cuando se rompieron los bordos del río Usumacinta, al bajar el caudal se logró ubicar en aquella ocasión a un manatí hembra que también quedó atrapada, por lo que se hizo un operativo similar y lograron rescatarla.