Tras permanecer cerradas las zonas arqueológicas de Campeche y por la lejanía que existe entre la capital y Calakmul para observar el Equinoccio de Primavera, los turistas y ciudadanos campechanos asistieron a una ceremonia maya realizada en el parque Yax Ha a unos 10 kilómetros de la ciudad capital en la carretera Chiná-Hool.
Luego de que el INAH informara que en este 2021 el Equinoccio de Primavera no se iba a poder apreciar en el templo de la ciudad de Edzná, turistas y ciudadanos empezaron a buscar opciones para poder cargarse de energía, por ello acudieron a la celebración y rito maya que, entre otras cosas, tenía como objetivo marcar el inicio de la primavera, pedir a los dioses mayas un temporal de buenas cosechas y abundar de paz y armonía la vida de los presentes.
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En dicho lugar, mientras empezaban a llegar los visitantes que serían testigos, el xaman empezaba a armar el altar donde colocó un contenedor pequeño con frijol, otro con maíz y otra con arroz, para que los dioses le dieran su bendición y nunca falten en la mesa. Este acto, según el xaman, significa comunión con el dios Kukulkán y la tierra para mejorar la siembra.
Luego ordenó lo que catalogó como sus armas de guerra, que consiste principalmente en el huehuete, un tambor maya, una sonaja realizada con piel y maíz así como un, tejocote, que es una especie de caracol que con base en un soplido fuerte para llamar a los dioses mayas
El ritual
Según explicó el encargado, el ritual se conforma en tres partes importantes, que es el permiso, la petición de las energías buenas mientras se liberan las malas y la limpia personalizada.
En punto de las doce del día, el xaman empezó con el respectivo ritual, el cual, dio inicio con la petición del permiso, el cual consiste en hacer el llamado a los dioses mayas que habitan el lugar para que acudan a escuchar las solicitudes.
Ante esto, el hombre se alejó de los visitantes que presenciaba el acto, y en cada punto cardinal lanzaba una oración y les pedía a las deidades que llegaran al punto. “Hice llamado de wakabe, a los aluxes para que Kukulkán abra el vínculo energético para ayudar energías y aumentar alma y espíritu la sanación” refirió.
Posterior a ello, los asistentes formaron un círculo rodeando el altar y la fogata previamente ordenada; cerraron los ojos y empezaron a través de la oración a comunicarse con el universo, mientras el xaman recorría el círculo donde pidió entre otras cosas, por el fin de la pandemia ocasionada por el COVID-19.
Una vez concluido el ritual, los asistentes recibieron un puño de incienso en el que, mientras lo vertían poco a poco al fuego, realizaban una petición a los dioses para que, por medio del humo, llegarán hacia los dioses del cielo y así puedan ser alcanzados por el señor del fuego.
Antes de finalizar, realizó la limpia de algunos asistentes quienes fueron santiguados con las plantas y aromas para liberarlos de las energías negativas y puedan recoger las positivas.
En su experiencia, Rosario Bárcenas, oriunda de Veracruz, pero con más de 5 años viviendo en Campeche señaló que luego de haber sido limpiada se sentía más tranquila, con paz interior y sin peso en la espalda.
Ella refirió que “es importante preservar las tradiciones de los mayas, creo que debemos ser nosotros quienes llevemos la información de generación en generación porque conforme pasan los años se van perdiendo”.
Por su parte, el xaman, refirió que él pretende seguir con las celebraciones mayas hasta el fin de sus días, las cuales se complementan con un temazcal que sirve para la purificación mediante la sudoración, eliminando el estrés, limpiando los pulmones y las vías respiratorias, lo cual es muy importante preservar.
SY