La devastación de los manglares por invasiones, construcción de fraccionamientos e industrias; así como la depredación de la selva tropical por los ganaderos para la siembra de pasto que sirve de alimento al ganado, a futuro traerá como consecuencia un problema de salud pública; además de la vulnerabilidad en que quedan las comunidades ante los fenómenos meteorológicos, precisó la representante del Movimiento Alterno de Recuperación de Ecosistemas Afectados A.C. “Marea Azul”, Lourdes Rodríguez Badillo.
Indicó que en los últimos 10 años el municipio de Carmen ha tenido una pérdida importante en la cobertura vegetal, a pesar del decreto y Ley del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente del Estado de Campeche; ya que los empresarios insisten en construir fraccionamientos sobre los bosques de manglar, así como rellenar los humedales.
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“Nosotros restauramos manglares en el área de los Petenes, fuera de Carmen, se ha hecho un buen trabajo y a la altura de Bahamita, la universidad de Carmen realizó trabajos de restauración, y durante 10 años de reforestación hemos reparado más de 100 hectáreas; sin embargo, nuestro trabajo ha sido pequeño comparado con la depredación “hormiga” de invasores, grandes empresarios y ganaderos, estos últimos acaban con la selva tropical para sembrar pasto para su ganado”, añadió.
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Recordó que “cada vez que levanten un hacha o una motosierra en la mano piensen que tienen familia y talar los árboles vuelven más vulnerables las poblaciones a los fenómenos climatológicos”.
Por ejemplo, a unos 100 metros antes de subir el puente de Isla Aguada, “si uno mira a su lado derecho puede apreciar costales de arena que son apiladas para abrir un camino y si no se fortalece a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), la codicia continuará, así como la devastación de los manglares y bosques”, expresó.
Manifestó que en la Profepa Campeche sólo existen tres inspectores forestales para todo el estado y no se puede continuar con una dependencia tan débil, porque los delitos ambientales en el municipio, ni siquiera los tiene la Procuraduría.
Dijo que ante esta situación Carmen se encuentra vulnerable, porque una hectárea de manglar equivale a una planta de tratamiento de agua superior a los 100 mil dólares; si continúan las pérdidas de manglares sin que las aguas negras sean tratadas, pronto Carmen tendrá un problema y no precisamente de deforestación, sino de salud pública.
SY