El alto costo del combustible y de las refacciones vuelve insostenibles los camiones urbanos, toda vez que el precio del peaje para el público en general es de siete pesos, estudiantes, niños y adultos mayores de cuatro pesos desde hace 10 años, indicó el presidente de la Sociedad Única de Transporte Urbano del Carmen (SUTUCAR), Jesús Fernando Solís Montañez.
Indicó que, si no se hace el estudio correspondiente para subir el precio del pasaje, ningún empresario se va arriesgar a comprar una unidad que tiene un costo de dos millones de pesos, para sustituir los que se encuentran deteriorados, porque podrán buscar para el enganche, más no para pagar mensualidades de 35 mil pesos.
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Recordó que en años hace más de 15 años el gobierno estatal buscaba un convenio con alguna agencia o arrendadora para servir como respaldo al concesionario, ahora no hay nada de eso, y los costos de mantenimientos y compra de unas nuevas se encuentran elevadas, ya que un camión cuesta dos millones de pesos con una vida útil de 10 años.
“En la administración estatal pasada le dieron de vida útil a las unidades tres años de tolerancia y eso queda claro que el gobierno sólo espera a que concluya su sexenio, y luego se cancela el permiso de ampliación y si la nueva administración estatal no busca el financiamiento a través de Banobras o otros bancos que respalden los créditos, los empresarios se verán en una crítica situación y sobre todo porque se les vino encima la vejez de los camiones”, señaló.
Expresó que esta agrupación cuenta con nueve unidades, de las cuales sólo seis prestan el servicio y cuatro se encuentran fuera de servicio por diferentes problemas, ante la falta de recursos económicos para sus mantenimientos. “Cada unidad consume aproximadamente a diario 70 litros de diesel que equivale a mil 500 pesos, combustible que cuesta a 21.70 pesos el litro.
Mientras que el mantenimiento que se le da a las unidades es por un periodo de cuatro meses con el cambio de aceite, filtro de aire, filtro de combustible y de aceite, el cambio de clutch y balatas, que tiene un costo por más de 15 mil pesos con la mano de obra; además si se hace el cambio de llanta se suma otro gasto de seis o siete mil pesos.
Dijo que hace 10 años ser concesionario de transporte urbano era negocio, pues con ello se obtenía para darle mantenimiento a las unidades, así como para el pago de la letra de los vehículos que se adquieren en las agencias, vehículos que terminaban de pagar en tres años y después veían los beneficios.
Agregó que la tarifa fija del peaje a usuarios que quedó estático desde hace 10 años, afecta a los concesionarios, y lo ideal era que el gobierno del estado hiciera cada año los estudios socios económicos sobre el incremento a la tarifa del pasaje y que subiera de 20 a 50 centavos, para no afectar la economía de los ciudadanos, no a los concesionarios, sin embargo, al no tomarse esas decisiones hoy en día los camioneros se encuentran en quiebra.
“Si un chofer hace al día y en los dos turnos dos mil pesos, le echa mil 300 pesos de combustible a la unidad, se queda con 400 pesos y 300 pesos para las utilidades, recursos que resultan insuficientes para mantener las unidades, esto es crítico, por ello, muchos concesionarios que sólo tienen un camión están a la quiebra, y los que tienen tres o cuatro unidades, cuando se deteriora uno, tienen tres para continuar con sus actividades”, añadió.
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aarl