Algunos pepenadores de la ciudad sufren la desidia del gobierno, la mayoría cuenta con más de 55 años y no han sido vacunados contra el COVID-19 porque no tienen los medios para realizar sus registros ni acudir a las instalaciones para recibir la dosis, conscientes del riesgo que corren tratan de mantener los cuidados necesarios y evitar contraer el virus, dos personas mencionaron que probablemente ya padecieron la enfermedad, porque tuvieron los síntomas, pero leves.
A pesar de que son personas con escasos recursos que deberían ser apoyados, se mantienen sin que ninguna autoridad les haya brindado el apoyo que requieren para subsistir, gran parte de ellos padecieron durante el confinamiento, por lo que tuvieron que pedirles a sus vecinos apoyo con sus alimentos, incluso aun al tener disponibles materiales para vender, los negocios que les compran se mantenían cerrados, por lo que prácticamente estaban sin ningún centavo para comer.
“Durante años me he dedicado a pepenar cosas, especialmente plástico y cartón para venderlos y tener para comer, pocas veces los políticos se acercan para darme alguna despensa, en estas campañas ninguno se interesó por ayudarme, sé que mi trabajo es arriesgado, pero no sé a quién decirle que me ayude para que me puedan vacunar”, mencionó la ciudadana Rosario Chablé, quien vive sola, ya que sus familiares se encuentran en la comunidad de Pocboc.
A consecuencia de la falta de recursos, no le es posible comprar artículos de primera necesidad, pero lleva consigo una bolsa con detergente en polvo y una botella de agua para lavarse las manos cada que termina de recoger artículos o rebuscar en los contenedores de basura, en donde decenas de personas arrojan sus desechos y es imposible saber si alguna de ellas es portadora del virus SARS-CoV-2.
Por otra parte, don Ramón Uc, que también se dedica a esta actividad, dijo que él recorre los sitios en donde las personas acostumbran a desechar basura, tampoco ha recibido la primera dosis; “creo que a mí ya me dio esa enfermedad, tuve calentura, la boca amarga y tos seca, fue leve porque no consideré necesario ir a consultar, no me he vacunado porque me comentan que tengo que hacer el trámite por Internet y después ir hasta donde aplican las vacunas y la verdad se me hace muy complicado”, agregó.
Estas personas piden más comprensión por parte de las autoridades para que busquen una manera de aplicar el antígeno a personas que se encuentran en situación precaria y vulnerabilidad, pero sobre todo, que les den un apoyo mínimo una vez al mes para poder sostenerse en momentos difíciles, aunque la pandemia dejó riesgos para ellos no ha sido un impedimento buscar entre la basura, aún cuando se exponen, pues también existen otras enfermedades que pueden ser causadas por piquetes de agujas o cortaduras.
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aarl