Los hornos desmantelados por la Guardia Nacional en coordinación con la Procuraduría Federal para Protección al Ambiente (Profepa) derivado a la tala de frondosos árboles se clausuró los lugares y se encuentran las tapas de los hornos en las entradas de las oficinas de la Secretaría del Bienestar de Dzibalchen dio a saber el líder Indígena Supremo Maya Filiberto Ku Chan quien felicito a los federales por el duro golpe a los depredadores menonitas de la “Nueva Trinidad” se les fincó responsabilidades para no volver a quemar carbón vegetal y se proteja las zonas boscosas de la montaña de los chenes.
Ku Chan al saber de la enredada de los federales llegaron al sitio exacto ubicado camino a Iturbide donde con anterioridad quemaban un promedio de 20 hornos de carbón vegetal semanal y por una denuncia anónima se ubicó el sitio a donde se tenía sacos preparados para comercializar, algunos ya culminó el proceso es solo sacarlo de cada horno y otros apenas un día que se incendiaron y se lleva hasta tres a cuatro días por lo que los federales llegaron el 15 de mayo y los responsables no estaban y se inspeccionó para clausurar el lugar.
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El mismo Indígena dijo que los menonitas no tienen piedad ni compasión para derribar arboles sin importar las consecuencia por un calentamiento global, la practica desde la zona de la Nueva Trinidad y se sabe quiénes son los dueños y al momento de la clausura encontraron otros hornos pero de menor proporción según los agentes unos 5 hornos que también le colocaron los sellos de clausura de la misma forma han estado pendientes de la zona menonita del temporal a donde se extrae el carbón vegetal para comercializar en la carbonera de la ciudad de Hopelchén y existe otro lugar en los terrenos de Ich Ek donde otros menonitas tienen un predio particular y siguen la práctica.
Según el líder supremo maya los inspectores de la Profepa procedieron bien y que no sea la última vez porque el monte de los chenes se sigue depredando los bosques las talan y la vieja práctica no se olvida, es mejor se dedique a sus cultivos, mucho ya hicieron en deforestar miles de hectáreas de las selvas altas y bajas para sembrar soya y hoy continúan cortando frondosos árboles milenarios y preciosos para convertirlo en un mineral que la comercializan a 3 pesos el kilogramo, pero el caso que el centro comercial del carbón de Hopelchén compra la cantidad a que sea necesario y no existe una sola autoridad que detenga su comercio.
RC