“Nada es gratis, a veces hay que luchar, incluso un poco más que las demás personas para salir adelante”, reflexionó doña Petrona Alvarado Castañeda al recordar cómo desde temprana edad tuvo que hacerse cargo de su vida en el ambiente laboral.
Inspirada por su abuela materna, quien tenía un exquisito gusto por el arte culinario y a quien le rindió un homenaje cuando preparó su primer platillo -tamales colados- consideró que sí le gusta cocinar, ya que la cocina le ayuda a vivir, es por eso que se dedicó a vender.
Pero la labor no fue fácil, comenzó preparando postres que ofrecía casa por casa a sus vecinos en la colonia Tepeyac, en Campeche, pues su meta era obtener los recursos necesarios para subsistir.
“Hay que luchar para vivir, para sobrevivir, entonces un día pensé que la cabeza no sólo es para tener caspa y piojos, es para pensar y yo estaba pensando qué hacer para salir adelante; es cuando dije que si me gusta cocinar, que la cocina me ayude a vivir y ahí comenzó mi viaje”, dijo Alvarado Castañeda.
Recordó que con su ejemplo y gusto por la cocina su abuela materna la introdujo al mundo culinario, por lo que su primer guiso fue un homenaje a ella cuando elaboró el tradicional tamal colado, motivada por brindarle una mejor calidad de vida a su hijo con la ilusión de que el joven pudiese cursar los estudios que ella no pudo concluir.
Pero ante la buena respuesta que tuvo con la venta de alimentos, al ser conocida entre la población campechana, fue invitada a contender por un puesto de elección popular sin saber el alcance que llegaría a tener tal decisión, recordó que “la primera vez que subí al escenario no sabía qué decir.
¿Cómo una persona como yo, sin estudios, podría hablar hacia la gente?” –cuestionó–, por lo que sus compañeros le dijeron “habla como siempre, como tú eres”. El día de las elecciones obtuvo tres mil votos de la ciudadanía mientras el candidato anterior solamente había conseguido 280.
Luego de su participación en la vida política, doña Petrona se inscribió en una convocatoria que emitió la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) donde obtuvo una beca para participar en el seminario “México Multicultural”, donde hizo su ponencia titulada “Empoderamiento económico de las mujeres indígenas mayas” y recibió el reconocimiento expreso del etnólogo José del Val Blanco; fue la única mujer de las 70 participantes que compartió mesa con el Rector, José Ramón Narro Robles, quien afirmó era una mujer empoderada desde el primer día que cocinó su tamal colado y salió a venderlo a la calle, sin saberlo, Petrona Alvarado había dado el primer paso para convertirse en docente de Empoderamiento Económico de la Mujer en la Máxima Casa de Estudios, por invitación de su rector.
Luego de su docencia fue enviada a Nicaragua para impartir la ponencia “Empoderamiento de la mujer en el Sector Económico” donde enseñó a las mujeres de ese país a cocinar platillos típicos de Campeche. Al acabar su travesía viajó a la Universidad Autónoma de Madrid, España para representar a la UNAM, México y Campeche.
En el marco del Día Internacional de la Mujer envía un mensaje a aquellas que se sientan derrotadas, agotadas o que están a punto de caer, “que caigan, pero que se levanten porque tienen la posibilidad de continuar incluso si fallan, y si tienen una oportunidad deben tomarla sin dudar”.
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JG