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En Seybaplaya, los “charaleros” sobreviven a una pesca que poco a poco ha reducido sus volúmenes de captura, la cual inicia en diciembre y entre enero y febrero logran los mejores números, pero debido a la existencia del muelle de la Administración Portuaria Integral (API), y la llegada de plataformas petroleras, ahora es poca la captura que obtienen.
La actividad “charalera” ha decaído día a día, lo que en su momento fue un auge y representó importantes ganancias para quienes se dedicaban a esta captura, hoy poco a poco han desaparecido a causa de diversos factores.
La captura de charal en el Estado constituye una actividad tradicional en la pesca ribereña, que se realiza primordialmente en Seybaplaya a fin de año y entre los dos primeros meses, cuando se alcanzan los mayores volúmenes, pues anteriormente capturaban hasta 34 toneladas, pero ahora sólo 20, mientras que el kilogramo del charal lo venden en 80 pesos.
El charal es un grupo de especies de engráulidos tropicales y subtropicales pelágicos, salobres, marinas, en el que predomina la anchoa heseptus, que comúnmente vive cerca de costas y manglares, donde forma cardúmenes considerados de una gran biomasa, a pesar de que los individuos que los conforman son de tamaño pequeño.
Toleran grandes cambios de salinidad y temperatura, se alimentan de pequeños organismos planctónicos y bentónicos, además se reproducen más de una vez al año, además esta especie resalta por tener un alto valor alimenticio por su gran contenido de proteínas.
Después de que los pescadores capturan el charal, lo dispersan en el piso, en la costa, para su secado natural, y después lo recogen y juntan con el resto de las capturas de cada día.
Aunque el consumo local del charal es mínimo en el Estado, se trata de un producto que se vende en Jalisco y Michoacán, entre otras entidades, donde incluso forma parte de su tradición culinaria en varios platillos.
Además, se exporta y deja importantes ganancias a los pescadores; sin embargo, con el cambio de las corrientes ante el asentamiento de infraestructura como el muelle, y de plataformas petroleras, ha sido un factor detonante para la reducción en los volúmenes de captura.
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CC