La crianza de animales de traspatio es una costumbre que aún se practica Candelaria, sin embargo, se da más en la zona rural donde algunas personas aprovechan para vender sus animales para apoyarse económicamente, pero la mayoría prefiere el autoconsumo porque con eso tiene garantizado un plato de comida en su mesa ante la falta de un empleo.
Entrevistada al respecto, donña Bertha Amparo Torres, vecina de la colonia Acalán, señaló que son pocas las personas en la ciudad que se dedican a la crianza de animales de traspatio o de “patio trasero” para vender, aunque “sí existe un grupo muy reducido, pero son pocas”.
Mencionó que esta actividad se da más en la zona rural donde hay más terrenos; además, porque la gente cuenta con ranchos donde tienen más espacio para que los animales puedan andar.
En el caso de la cabecera, dijo que por lo regular se crían aves como gallina, pollo o pavo para autoconsumo y no para negocio, aunque “hay personas que a veces se acercan a la casa para comprar un animal y como no es todos los días se accede a la venta”.
En la mayoría de los casos el recurso que se obtiene se usa para comprar alimento a los animales que quedan como son gallinas, pollos, pavos, patos, gansos y hasta cerdos, pues la alimentación es importante para que estén sanos.
La declarante destacó que la situación de la ciudad y el campo es muy diferente porque en la zona rural las personas que reproducen animales pueden adquirir el maíz, su principal alimento, más barato o también en algunos casos ellos mismo lo cosechan.
“Es una gran ventaja porque la comida para las aves y marranos no les cuesta tanto como en la cabecera municipal, donde muchas personas no tiene espacio para sembrar sus cultivos, por eso a veces los reproducen y se los comen porque no se cuenta con un ingreso extra para sobrevivir”.
Respecto a la venta de los animales comentó que es igual que en la ciudad, “es ya una costumbre contar con aves para autoconsumo, también hay quienes salen a la calle a venderlas, principalmente en fechas especiales como la celebración de los muertos o para Navidad”.
Mientras, en los hogares donde se escucha el sonido de los patos, pavos, gallinas y hasta gansos, la familia entera contribuye a la crianza, limpieza y cuidado, pues desde pequeños se le enseña a los niños a protegerlos ya que son parte del sustento de la casa y hay que evitar que se los roben o se enfermen, una de las principales razones de pérdida económica.
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LV