Campeche

De acuerdo con la Secretaría de Inclusión, en Campeche la movilidad para las personas con discapacidad en el Centro Histórico está limitada con el pretexto del nombramiento de Patrimonio Cultural de la Humanidad

Por culpa del INAH, la movilidad para las personas con algún tipo de discapacidad está restringida en el Centro Histórico de Campeche; pues justificándose con el nombramiento de Patrimonio Cultural de la Humanidad impide hacer adecuaciones en los edificios públicos para que todos y todas puedan transitar libremente. La titular de la Secretaría de Inclusión, Patricia León López señaló que llevan años insistiendo en el tema y no hay avances.

Y es que en otras ciudades patrimonio del mundo se aplican los diseños universales que permiten que, en un mismo espacio, puedan converger todo tipo de poblaciones con y sin discapacidad; pero en Campeche no se ha podido, porque a pesar de que se proponen diseños arquitectónicos que garanticen la accesibilidad; el Instituto Nacional de Antropología e Historia no los autoriza con el argumento de que no se pueden tocar los edificios o se perdería la distinción de Patrimonio Mundial.

Así, mientras en Europa están a la vanguardia en materia de inclusión sin perder sus sitios patrimonio, México y en general toda América Latina presenta un avance de “cientos de años” acusó la funcionaria estatal, al señalar que sí es posible hallar vías alternas que beneficien a la población con discapacidad sin afectar el legado histórico y cultural. Solo en urbes como la Ciudad de México y Monterrey, ha sido tanta la presión que el INAH ha tenido que autorizar las modificaciones y no por eso han perdido la distinción internacional como patrimonio.

Solo los edificios modernos tienen algunas rampas. / Lucio Blanco

Explicó que tampoco pretenden edificar un nuevo centro de la ciudad, ya que ningún presupuesto alcanzaría para demoler los edificios históricos, y construirlos otra vez; pero lo que sí se puede es diseñar modificaciones pensando en la movilidad y accesibilidad de todas las personas que acuden a edificios de Gobierno, instituciones educativas, empresas y espacios públicos ubicados en esa zona de la ciudad. Advirtió que no quitarán el dedo del renglón: “La tarea de nosotros es ser ese ‘pepe grillo’, pues tenemos que transitar de los modelos arcaicos que teníamos a modelos más flexibles donde podamos estar todos”, concluyó.

Legislación internacional

Es difícil detallar de manera exacta cuántas personas están quedando excluidas de los espacios urbanos en Campeche, pero organismos internacionales como la ONU señalan que, a veces, las autoridades locales ignoran los compromisos legales vigentes de apoyar la accesibilidad universal, entre ellos, los emanados de la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, un documento ratificado por los países de América Latina y el Caribe que establece, entre otras cosas, en su artículo 30 que: “Los países participantes reconocen el derecho de las personas con discapacidad a participar, en igualdad de condiciones, en la vida cultural, por lo que se deberán adoptar todas las medidas pertinentes para asegurar que tengan acceso a lugares en donde se ofrezcan representaciones o servicios culturales como teatros, museos, cines y bibliotecas, así como a monumentos y lugares de importancia cultural nacional”. Lo que no se está cumpliendo en Campeche.

Personas en silla de ruedas no pueden moverse por las banquetas. / Lucio Blanco

Además de esta convención hay otras leyes que no se estarían respetando como el Marco de las Ciudades y Comunidades Adaptadas a las Personas Mayores, de la Organización Mundial de la Salud, que también exige espacios públicos más inclusivos.

Por su parte, un estudio de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla coincide en que cuando se confronta la legislación patrimonial con las leyes universales de accesibilidad física se confirma el retraso en México para que las Ciudades Patrimonio como Campeche, puedan ser accesibles para todas las personas sin importar su condición física y social, pero señala que, las instituciones como el INAH, requieren “conocimiento no solamente técnico para el cumplimiento normativo de la accesibilidad física, sino sensibilidad y conocimiento sobre el monumento o sitio histórico, para que esa intervención sea respetuosa y lo más normalizada posible”.

El documento también destaca que la aplicación de la accesibilidad universal al patrimonio puede ser el puente y convertirse en una estrategia de valorización, que a su vez tendrá impactos positivos, pues representa un valor agregado al patrimonio cultural y abona a la conservación del entorno al volverlo más funcional.

JY