
Hartos de los enfrentamientos a golpes, con armas blancas y de fuego entre los parroquianos que se reúnen en tres cantinas clandestinas, los pobladores de este ejido denunciaron la existencia de estos lugares y piden a la Vicefiscalía Regional del Estado que acabe con el problema social, antes de que se registren hechos de sangre.
Los ejidatarios que pidieron el anonimato por temor a represalias, aseguraron que en estos tres lugares constantemente se escenifican riñas entre los asistentes que acuden las 24 horas. Dicen que el problema se agravó desde hace seis meses, cuando la venta clandestina de cerveza se incrementó de manera indiscriminada en las tres cantinas ilegales, donde sirven alcohol todos los días y durante las 24 horas sin que las autoridades hagan algo para frenar este problema social.
Señalan que desde entonces se ha vuelto común que las mujeres y niños sean testigos de enfrentamientos entre los parroquianos cuando están bajo los efectos de las bebidas embriagantes, pero además hay riesgo de que alguien resulte lesionado con arma blanca o de un disparo.
Aseguran que en este lugar los hombres se gastan el dinero que ganan con mucho esfuerzo y regresan a sus casas sin nada, por lo que es necesario que las autoridades actúen a la brevedad. Explican que algunos de estos lugares funcionan bajo la figura de la Junta de Mejoras adscrita a la comisaría, y con este pretexto venden alcohol de manera indiscriminada y a cualquier hora.
Acusan que esta venta no ayuda en nada a mejorar al ejido, y que al contrario perjudica a la población al fomentar el consumo de alcohol.
Urgente llamado
Tras dar a conocer lo anterior, los afectados esperan que las autoridades municipales y la Vicefiscalía acudan a este lugar para poner orden, pues piden que se clausuren los tres “clandestinos” que afectan a la población desde hace seis meses