La venta de pescados, camarón y otros alimentos provenientes del mar no fue la esperada en el primer viernes de Cuaresma para los comerciantes del mercado “Pedro Sáinz de Baranda” quienes registraron hasta 70 por ciento menos en comparación con otros años, señaló Porfirio Acal, quien invita a los ciudadanos a consumir productos locales para generar una economía circulante en beneficio de los campechanos.
El comerciante mencionó que algunos de los motivos de la baja demanda podrían ser las complicaciones económicas de los ciudadanos al ser “final de quincena”, así como la pérdida de las costumbres por la religión, ya que ahora muy pocos se toman el tiempo o cumplen con el mandato de no comer carnes rojas como se acostumbraba anteriormente.
Para muestra de las ventas a la baja, recordó que otros años para el primer viernes de vigilia ya había conseguido más de mil pesos después de las 13:00 horas, entre alimentos como chac-chí, filete de pescado, jaiba y otras especies de escama, pero este ocho de marzo apenas tuvo un ingreso de 300 pesos.
En otra parte del mercado, el camarón tampoco salió como esperaban, los 10 comerciantes instalados en la zona, quienes señalaron que el producto sin cabeza está a 200 pesos el kilo y en 170 pesos con cabeza. Los vendedores dieron a conocer que la pérdida de las tradiciones, es el principal motivo de que casi no les compren.
Pollo y huevo mantienen precios
En el área de carne blanca del mercado principal, el trabajador Giovani Medina señaló que no hubo incremento en el costo de la gallina y el pollo; incluso, dijo que estos productos mantienen su demanda tradicional, es decir, no aumentó ni con el viernes de Cuaresma, por lo que no tuvo que comprar producto de más para esta fecha.
Dijo que el costo del kilogramo de pollo está en 49 pesos, mientras el de la gallina ronda los 59 pesos. El kilo de pechuga de pollo ronda en los 70 pesos y la menudencia, patas, pescuezo e hígado, en los 18 pesos por kilogramo.
En cuanto al huevo, el alimento mantiene costos de 38 pesos media reja que equivale a 15 piezas, y en 76 pesos la reja completa en el caso del producto proveniente de Yucatán; el que llega al mercado principal de otras partes del país, como del Estado de Puebla, ronda en los 82 pesos la reja de 30 piezas y 41 pesos la media reja.
Alternativas para vender
Si bien la poca demanda de especies de escama y mariscos afecta en algunas partes por la falta de dinero, en Dzitbalché lo que perjudicó a las pescaderías con el inicio de la Cuaresma es el programa de venta de pescado a bajo costo, pues los locales reportan pocos ingresos que se ven obligados a buscar alternativas para darle salida al producto que ya compraron o ellos mismos obtuvieron del mar, debido a que la gente se va por lo que su economía les permita adquirir.
Para ellos es prioridad darle salida al producto lo más pronto posible, ya que el pescado sin hielo se echa a perder, dio a conocer el señor Arcadio Trejo Canul, originario de Tankuché, poblado desde donde viaja hasta Isla Arena para conseguir la mercancía que luego vende.
Dijo que, en la temporada de Cuaresma, que abarca un promedio de siete semanas, las familias prefieren consumir especies a bajo costo, mientras a los comerciantes de las pescaderías no se les gasta el producto que terminan consumiendo entre sus familias para evitar desperdiciarlo, pues con mucho esfuerzo lo pudieron conseguir para ganar algo y estar “al día”, pero las ofertas que llevan a través del programa de pescado a bajo costo, les perjudica a ellos porque se lleva a sus clientes.
Trejo Canul contó que lleva poco más 15 años dedicado a la venta de productos marinos en el mercado de Dzitbalché, donde ya tiene sus clientes fijos; sin embargo, guarda una esperanza de que este año le sigan consumiendo a él, ya que su mercancía es fresca y recién capturada por marineros de Isla Arena, Calkiní.
Hasta el momento los precios se mantienen estables, por ejemplo: el chac-chí está en 50 pesos el kilo; el cazón, a 30 pesos un pedazo; y el pargo cuesta 130 el kilogramo; “no se han modificado los precios en las congeladoras y bodegas de Isla Arena donde compro el producto que los marineros llevan cuando regresan del mar, por eso puedo obtener un poco de ganancias”, concluyó.
