
Derivado de que desde que inició la Cuaresma, los viernes no hay ventas, algunos carniceros ubicados en el mercado “Alonso Felipe de Andrade” decidieron cerrar sus locales y existe la probabilidad de que en Semana Santa sean más días los que permanezcan así, mencionó el comerciante de carnes Javier Rosado Jiménez, al indicar que desde que inició 2025 la situación no mejora y además que ha incrementado el precio de la res.
Aunque la tradición en muchos hogares que profesan la religión católica indica que no es necesario consumir pescado o aves, la ciudadanía no ha acudido a comprarles desde el miércoles de ceniza y los tres viernes de la llamada Cuaresma, por eso, para evitar que pierdan, de los 65 locales y carnicerías al interior del mercado, al menos 20 cerrarán sus actividades.
“Nos sale más caro pagar sueldos que lo que se gana. Hay algunos que sólo se quedan para hacer entrega de pedidos que son para personas que tienen algún negocio de venta de comida. Sucede que si vienes y abres, todo lo que tienes exhibido no se vende, lo vuelves a guardar y sacar al día siguiente, pero esto desmerece la calidad y frescura del producto, por eso, mejor decidimos cerrar”.
En este viernes de Cuaresma, dos días antes de la Semana Santa, los negocios de algunos carniceros están cerrados, y es que pese a que la carne de cerdo es más económica, la clientela no está comprando. En la actualidad el kilogramo de pulpa de puerco está en 100 pesos con la opción del regateo y el famoso pilón, mientras que en el caso de la res ha encarecido y se coloca en 240 pesos.
“Entre la tradición y el precio que tiene la res, los carniceros no tenemos ventas desde que inició el año. No es queja, pero sí la realidad de lo que estamos viviendo. Las ventas cayeron ya un 40 por ciento y creemos que en la Semana Santa podría ser más difícil la situación, por eso para la llamada Semana Mayor más de la mitad, en definitivo, cerraremos”, dijo.
Rosado Jiménez, señaló que con el periodo vacacional posiblemente puedan recuperarse, pero no como para poder “echar campanas al vuelo”, pues aún existe esa tradición en los hogares de no comer carnes rojas, ya que, como se encuentra la economía, tampoco para pescados o mariscos les alcanza. Buscan alternativas como el huevo, las aves, incluso la pasta, que es rendidora y les permite cumplir sus ideologías religiosas.
Respecto a la competencia de carnicerías en los alrededores del principal centro de abasto en la Isla, el locatario mencionó que, aunque puedan ofrecer precios más competitivos, se trata de carne congelada y muchas veces “inyectada” que, al momento de la cocción, reduce significativamente. Por lo tanto, siguen siendo la mejor opción en calidad y en certificación sanitaria.
JY